sábado, 30 de julio de 2016

Cuento para Nemamiah: "El Príncipe de los Ejercitos"


El destino de aquel pueblo estaba en manos de Nemamiah, un bravo guerrero cuya grandeza de alma y su capacidad para soportar los rigores de la vida le llevó a ser elegido entre muchos, para recibir el mando de los ejércitos.

Mercura, ya no era ese paraíso terrenal donde sus habitantes vivían felices y en paz. Dejó de serlo desde que las tropas bárbaras, procedentes de las tierras de las sombras, emprendieron la hostil empresa de conquistarla.

Cuatro años de luchas pesaban ya mucho sobre esa fértil y rica comarca. Muchos eran ya los que habían abandonado el plano físico para emprender la aventura de retornar a su estado de espíritu y habitar los planos de la luz invisible.

La situación se hacía cada vez más insostenible y la única solución era atacar al enemigo, pero, ¿quién dirigiría el combate? Esa era la difícil cuestión.

Fue por este motivo que reunieron a los hombres más valientes del reino. Entre todos ellos debían escoger a uno.

Nemamiah era hábil, muy hábil con la espada. Jamás ningún otro guerrero le había vencido en batalla, y aquella reputación le llevó a ser nombrado príncipe de los ejércitos. Ahora la paz de Mercura estaba en sus manos.

El valiente Nemamiah pensaba que debía romper el cerco que mantenían en la ciudad el enemigo, y se dijo que el único modo de hacerlo era atacando de imprevisto.

Era tanto el ardor que animaba al osado guerrero que reunió al ejército para prepararle para el combate. Debía aprovechar el desconcierto de la noche para hacerlo, y aún el Sol estaba muy alto en el cielo. Tenía tiempo de descansar un poco antes de emprender la batalla.

Nemamiah se entregó en manos del espíritu del sueño y este trasladó su alma hasta el primer cielo, donde se encontró con un ser extraño.
  • ¿Quién eres que tanta luz desprende tu cuerpo, acaso un Dios? -preguntó muy sorprendido-.
  • Tan solo soy un humilde servidor de la luz, que quiere alumbrar tu camino y ayudar a tu pueblo -le dijo-.
  • Y, ¿cómo podrás hacerlo? -interrogó muy interesado el joven Nemamiah-.
  • No seré yo quien lo haga, sino tú, con tus esfuerzos -contestó el espíritu de luz-.
  • Dentro de poco atacaré y les venceré -le dijo el joven-.
  • No, no debes hacerlo, has de luchar por la tierra prometida pero no caigas en la tentación de entrar en ella antes de tiempo -aconsejó el espíritu-.
  • ¿Qué queréis decir con ello? -preguntó sorprendido-.
  • El mal debe agotar sus fuerzas y cuando lo haya hecho, entonces debéis atacar, y la victoria será vuestra.
  • Y, ¿cómo sabré que el enemigo ha agotado sus fuerzas?
  • Lo sabrás, no dudes que lo sabrás -y diciendo eso el espíritu se alejó-.
Nemamiah retornó a su cuerpo y despertó. Aún recordaba su experiencia con aquel providencial ser. Cambió las órdenes previstas y decidió esperar. Todos se sorprendieron de aquel cambio de planes, pero tenían confianza en él y esperaron.

Así transcurrieron seis días, seis largos días, sumidos en la más espesa niebla, pero al séptimo, el Sol disipó la oscuridad y aquello fue interpretado por Nemamiah como la señal de que las tropas enemigas habían agotado sus fuerzas.

Atacó, y lo hizo con su bravura habitual. En aquella ocasión, lograron vencer al enemigo de una vez para siempre. Después de aquella terrible batalla, la paz retorno de nuevo al reino de Mercura, pero aquella paz no era para Nemamiah, pues otras batallas le aguardaban y debía afrontarlas con la única estrategia del amor, de la belleza, de la paz.

Fin

Diálogo con el Ángel Nemamiah

  • Discernir, discernir, discernir…, ese es tu cometido esencial…, y debes hacerlo, con los pies sobre la tierra, pues si tu pensamiento vuela muy alto con el propósito de comprender las verdades eternas, tus compañeros de ruta no alcanzarán a entender tus mensajes.
  • Sin duda, tu mente se encuentra iluminada, y gracias a ello, recibirás la comprensión de las Leyes Cósmicas…
  • Sabrás interpretar el mensaje de las estrellas y ello te permitirá conocer los grandes misterios de la creación.
  • Tu palabra proclamará el devenir de los días, y muchos te buscarán para seas el anunciador, el profeta, la mente clarividente que les habla de Eternidad.
  • ¡Ojala!, no quedes cegado por la majestuosa visualización de los Arquetipos Cósmicos…
  • ¡Ojala!, hables el idioma universal, que ha de unir y favorecer el acercamiento de los pueblos…
  • De ti depende, que la libertad sea bien entendida…
  • De ti depende, el que el hombre aprenda a hacer un buen uso de su libre albedrío…
  • De ti depende, que el hombre aprenda la magia que encierra, la Gracia y el Perdón, atributos ambos que emanan del Amor.

Plegaria y Exhorto de Nemamiah


PLEGARIA

NEMAMIAH: Dios Loable.
Vosotros que teméis al Eterno, confiad en Él, que es su socorro y su coraza.
NEMAMIAH: Si he de dirigir la estrategia de las batallas,
que el Amor y la Belleza
sean, Señor, mí objetivo.
Ayúdame, NEMAMIAH para que en mi no haya otro designio
que el de construir en la Tierra
el arquetipo que ya existe en cielo.
Dame valor para afrontar mis responsabilidades,
y lucidez para hacer las cosas a su tiempo
y no anticipando las etapas.
Quiero luchar por la Tierra Prometida,
pero guárdame, Señor,
de la tentación de entrar en ella
anticipadamente.


NEMAMIAH exhorta:

El Eterno me ha puesto en esta morada zodiacal
para ayudar a los hombres a construir su mundo futuro.
Yo armaré tu mano, peregrino,
para que luches por un Edén terrenal,
por un paraíso pasajero
en el que los hombre puedan descansar
y entrever las maravillas de ese otro Paraíso, el eterno,
el que existe en esferas más elevadas
y que puede ser entrevisto en sueños.
Tu lugar es el campo de batalla, no el Paraíso mismo;
mantente en el umbral, peregrino,
la espada en la mano,
porque en tu lucha el discernimiento debe ser lo esencial.
Tú debes ser el que aporte
los materiales preciosos,
el que haga cortar los cedros del Líbano,
para que otros construyan el jardín.
Después de tu batalla, sobrevendrá una gran paz;
no pretendas instalarte en ella.
Tu papel es solamente el de hacer posible
esa paz.

(Plegarias y Exhortos de los 72 Genios de la Cábala - KABALEB)

Nemamiah: "Dios Loable"


Nombre: Nemamiah, "Dios Loable".


Coro: Arcángeles, Ángeles al servicio de Hod-Verdad.

Nombre del Ángel en letras: Noun-Mem-Mem-Yod-He

Nombre del Ángel en cifras: 14-13-13-10-5

Nombre del Ángel en Arcanos Mayores: Templanza-Muerte-Muerte-Rueda de la Fortuna-Sumo Sacerdote.

Maestro del Sub-Sendero que une Hod a Hochmah en su trayecto de Retorno.

Días de regencia: 18 de Mayo; 1 de Agosto; 14 de Octubre; 25 de Diciembre; 5 de Marzo. Del 1 al 5 de enero.

Regencia zodiacal: 26º al 27º de Tauro; 8º al 9º de Leo; 20º al 21º de Libra; 2º al 3º de Capricornio; 14º al 15º de Piscis; 10º al 15º de Capricornio.

Lo que otorga:
  • Prosperidad en todas las cosas.
  • Conseguir el mando en el combate por una causa justa.
  • Ascenso rápido en carrera militar.
  • Bravura y grandeza de alma; capacidad para soportar las fatigas.
  • Protege contra la tentación de atacar a los indefensos.
Programa-Lección: Valor para afrontar las responsabilidades.

viernes, 29 de julio de 2016

Cuento para Poyel: "Un amigo presuntuoso"


Desde muy pequeños sus vidas siempre habían estado muy unidas. Crecieron y jugaron juntos y de esta forma forjaron una sólida amistad.

Pero los rostros del destino, no siempre nos sonríen, y un buen día, Neyes tuvo que decir adiós a su inseparable compañero Poyel.

La distancia y el tiempo fueron inquebrantables y poco a poco aquel ardiente afecto, que un día les unió, se fue apagando hasta llegar a fundirse en un vago recuerdo. Era lo único que quedaba de una relación que, al igual como floreció, murió.

La vida continuó y Poyel no perdía el tiempo. Había estudiado duro y la fortuna le recompensó sus esfuerzos.

Fue el número uno de su promoción y había conseguido ganar la confianza de todos sus compañeros, los cuales le buscaban constantemente para que les aconsejase. La fama y reputación antecedían al joven Poyel allí donde iba, sin embargo, jamás nadie pudo observar en él, una muestra de orgullo, ni de vanidad, por sentirse tan admirado.

Lo que más elogiaban de él, era precisamente su constante modestia y su moderado comportamiento.

Acababa de aprobar los estudios y ya era un flamante profesor de filosofía. Tan sólo le quedaba poder
ejercer su carrera y la providencia puso a su alcance la posibilidad de conseguirlo, pero para ello debía competir con otro candidato que, al igual que él, se presentaba para ocupar ese puesto.

Poyel trabajó incansablemente para elaborar un buen proyecto de presentación. Durante años había investigado y ahora tenía la oportunidad de dar a conocer sus trabajos.

Pero el destino vino a traerle, una vez más, una nueva sorpresa. No podía creerlo. Jamás pensó que la vida le jugara aquella mala pasada. Tenía que competir con Neyes, su inseparable amigo de infancia. Casi no le reconocía, pero aquello no importaba lo más mínimo, pues celebraron aquel inesperado encuentro con un emotivo abrazo.

Las próximas horas la pasaron juntos. Recordaron los días de su infancia y rieron algunas de las travesuras que entonces protagonizaron. Pero ambos sabían que tenían que hablar del tema profesional y temían que aquella felicidad se enturbiara.
  • Mi buen amigo Poyel, debemos olvidar nuestra amistad. Estoy decidido a ocupar ese puesto, mi vida depende de él. Debo pedirte que no te presentes, estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para conseguirlo y lamentaría mucho tener que desafiarte -dijo fríamente Neyes-.
Aquellas palabras llevaban verdadero hielo y una profunda carga de ambición. Poyel no podía dar crédito a lo que su viejo amigo había dicho y apenas si podía hablar, pues sentía como un fuerte nudo le oprimía la garganta.
  • ¿Pero cómo es posible que hayas cambiado tanto? -confesó el joven muy contrariado -.
La vida es dura amigo mío, y tan sólo sobreviven los más fuertes -contestó sarcásticamente Neyes, al tiempo que se alejaba de él -.

Al cabo del tiempo, ambos recibieron una carta del Ministerio en respuesta a su solicitud, y fue Poyel el elegido para ocupar el puesto de trabajo.

A pesar de las artimañas utilizadas por Neyes, de nada les sirvieron, pues al final la providencia supo premiar al que verdaderamente merecía conseguirlo.

Fin

Diálogo con el Ángel Poyel

  • Cuentas, peregrino, con el don de la elocuencia…
  • A través de la palabra…, deberás organizar el mundo que te rodea…
  • Tienes el privilegio de hacer llegar el pensamiento creador, adornado con múltiples formas, a aquellos que necesitan oír mensajes que hablen de verdades…
  • Muchos serán los que se dejen convencer por el Verbo que emana de tu voz…
  • ¡Ojala!, en tu interior reine la luz y ese contenido emerja, iluminando a quien te escuche…
  • ¡Ojala!, el orden y la armonía aniden en tu interior y ese contenido fluya a través de tus labios…, llevando la paz a quien te escuche…
  • ¡Ojala!, no pronuncies palabras falsas, pues la mentira se aliará en tu contra y a partir de ese momento, nadie te creerá…
  • Eleva tu voz y haz que resuene a los cuatros vientos, como si de una plegaria se tratase…, y ruega, para que el hombre perciba el mundo desde la esperanza, desde el optimismo, desde la dicha, desde la ilusión, desde la confraternización, desde la grandeza del Alma…, desde el Amor.

Plegaria y Exhorto de Poyel


PLEGARIA

POYEL: Dios que sostiene el Universo.
El Eterno sostiene todos los que caen y levanta todos los que están encorvados.
POYEL: Quiero que mis labios expresen, Señor,
tan sólo lo que es digno;
quiero que mi verbo descubra a quienes me escuchan
la profundidad de Tu Obra;
quiero que, como en Ti,
todos los que a mi acudan encuentren sostén.
Vivifica, Señor, mi palabra;
haz que con ella pueda abrir
anchas perspectivas;
que con ella pueda iluminar
insondables abismos. Haz que a través de mi se expresen
tus más elevadas virtudes.
Hazme, Señor POYEL,
el constructor, en la Tierra,
de esa ciudad eterna
que Tú has edificado en el cielo.

POYEL exhorta:

Te he dado, peregrino, la facultad
de poder expresarte de manera convincente.
Quiero que estructures en la tierra
mi orden, mi norma,
que pongas el blanco en los espacios reservados al blanco
y el negro en los espacios reservados al negro.
Pondrás la luz donde debe estar la luz
y las tinieblas en el marco reservado para ellas.
Separarás igualmente los sentimientos
de la razón,
de manera que los unos no invadan
el espacio de la otra.
Cuando tu vida termine, peregrino,
todo debe de estar en su sitio,
en perfecto orden,
en perfecta armonía.
Conseguirás todo esto
con el poder mágico de la palabra,
y cuando vuelvas a mí me rendirás cuentas
de las palabras vanas que hayas pronunciado.
Si no puedes estar en sintonía conmigo,
cállate,
búscame en el silencio y,
como Job,
me encontrarás


(Plegarias y Exhortos de los 72 Genios de la Cábala - KABALEB)

Poyel: "Dios que sostiene el Universo"


Nombre: Poyel, "Dios que sostiene el Universo".

Coro: Principados, Ángeles al servicio de Netzah-Belleza.

Nombre del Ángel en letras: Phe-Vav-Yod-Aleph-Lamed

Nombre del Ángel en cifras: 17-6-10-1-12

Nombre del Ángel en Arcanos Mayores: Estrella-Enamorados-Rueda de la Fortuna-Mago-Colgado.

Maestro del Sendero 28, que une Netzah y Yesod, en su trayecto de Ida.

Días de regencia: 17 de Mayo; 31 de Julio; 13 de Octubre; 24 de Diciembre; 4 de Marzo. Del 28 al 31 de Diciembre.

Regencia zodiacal: 25º al 26º de Tauro; 7º al 8º de Leo; 19º al 20º de Libra; 1º al 2º de Capricornio; 13º al 14º de Piscis; 5º al 10º de Capricornio.

Lo que otorga:
  • Concede cualquier cosa que se le pida.
  • Renombre, fortuna, saber filosófico y espiritual.
  • Facilidad para la expresión.
  • Humor agradable, modestia y moderación.
  • Protege contra el deseo de elevarse presuntuosamente por encima de los demás.
Programa-Lección: Hacer un buen uso del poder de la palabra.

jueves, 28 de julio de 2016

Cuento para Mebahiah: "la llegada de un alma noble y elevada"

Doce años, doce largos y penosos años habían transcurridos ya desde que el Maestro constructor, el fornido Mebahiah contrajera matrimonio con la bella Yesiah, y sin embargo la Gracia Divina no había visitado aún su morada permitiendo que el vientre materno de su amada esposa fuese fecundado.
Una profunda decepción se había apoderado del Maestro. No comprendía, cómo otras familias tenían hijos y más hijos, mientras que ellos por mucho que trabajaban y servían, no eran recompensados con esa dicha.
Mebahiah hubiese dado todas sus riquezas, si a cambio conseguía que un alma eligiera venir a su casa. Ya no era un joven, y aunque con su fuerza física era capaz de transportar el universo sobre sus espaldas, no podía decir lo mismo de su fuerza espiritual.

Aquellos doce años de espera habían acabado con su fe, con su esperanza. Ya no creía en nada, y aquello le había convertido en un ser distante, insociable y brusco.

Cierto día, llegó al pueblo un enviado de palacio, con un edicto proclamado por el rey:
  • El Soberano recompensará con el logro de cualquier deseo a aquel que le consiguiese construir un Templo.
Linda, la esposa de Mebahiah se puso muy contenta al conocer la noticia, y con ese entusiasmo fue al encuentro de su esposo, pues tenía la ilusión de que se presentara.
Pero pronto aquella esperanza se desvanecería. Su esposo no quería oír hablar ya nunca más de trabajos de construcción. Había dedicado toda su vida a ello, y para qué, ¿qué había conseguido?
El tiempo transcurrió y Mebahiah seguía alimentando aquel odio, pero a pesar de ello, no pudo evitar recibir aquella visita.
  • Veo que estás afligido por un profundo dolor -dijo aquella suave voz a sus espaldas -.
Mebahiah se volvió un poco molesto, pero tuvo que reprimir sus acaloradas palabras, pues ante el estaba el rey.
  • Majestad, vos en mi humilde casa -saludó respetuosamente el Maestro constructor -.
  • No os asustéis, mi visita es desesperada. Mi cuerpo envejece con el paso de los años y he aquí que mi espíritu está sediento de luz y no encuentra un lugar sagrado donde saciar su ansia. En palacio se han reunido los mejores constructores de todos los reinos, pero ninguno de ellos consigue elevar las columnas del Templo. Tan sólo buscan prestigio, honores, riquezas, y lo que hoy construyen, mañana aparece destruido. ¿Comprendéis ahora mi dolor? Pero, decidme, ¿cuál es el vuestro? pues, en vuestro rostro, puedo leer los rasgos de la amargura -preguntó el rey -.
Mebahiah explicó los motivos de su aflicción al Soberano y este lamentó no poder satisfacer su necesidad.
Viendo que nada podría ofrecer, decidió no pedir nada.
Pero el Maestro comprendió que debía romper su silencio y servir a su rey. Y así se lo hizo saber.
Al cabo de nueve lunas, las columnas del Templo se elevaron y ya nunca más se desvanecieron. El rey ya tenía un Santuario donde dar gozo a su espíritu, pero aquel no sería el único logro, pues Mebahiah y Linda, vieron como su familia aumentaba, y ello gracias, al nacimiento de un alma noble y elevada que desde el cielo decidió visitar la morada del Maestro Constructor.

Fin

Diálogo con el Ángel Mebahiah

  • Los pilares que sostienen las edificaciones que sustentan nuestra sociedad, son frágiles y peligra su derrumbe y destrucción.
  • Los Maestros Constructores, construyen pensando en la perpetuidad, sin embargo, olvidan, que todo está llamado a renovarse en el mundo material… La semilla se convierte en fruto y el fruto debe aportar una nueva semilla.
  • Debes ser tú, peregrino, quien construya el Reino de Dios en la Tierra, y debes hacerlo con las pesas y medidas con que el Creador diseñó el Universo.
  • Enseña al hombre, la verdadera cualidad del Fuego…, hazle comprender que su esencia es la Voluntad y que sin ella, todo quedará paralizado, sin aliento.
  • Enseña al hombre, la verdadera cualidad del Agua…, hazle comprender que su esencia es el Amor y que sin Amor, el Alma perecerá por falta de ilusión.
  • Enseña al hombre, la verdadera cualidad del Aire, hazle comprender que su esencia es la Inteligencia y que sin ella, nada tendrá sentido.
  • Enseña al hombre, la verdadera cualidad de la Tierra, y hazle comprender que su esencia es la Vida, y que sin ella, el Espíritu no podría seguir evolucionando.

Plegaria y Exhorto de Mebahiah

PLEGARIA

MEBAHIAH: Dios Eterno.
Pero Tú, Eterno, reinas a perpetuidad y tu memoria permanece de generación en generación.

MEBAHIAH, Dame, Señor, la fuerza física de un Hércules,
para transportar sin agobio sobre mis espaldas
Tu Eterna Verdad,
de aquí para allí, en dulce peregrinaje, por todo el universo.
Que mi fuerza física sea a la imagen
de Tu fuerza moral;
que puedas encontrar en mí, Señor,
una pieza útil para tu Obra.
Quiero ser, MEBAHIAH,
el constructor, el carpintero,
aquel que elabora las pequeñas cosas
que permiten a la Verdad
acomodarse, tomar aposento, sentirse a gusto en la materia;
que le permiten establecerse en las moradas de los hombres.

MEBAHIAH exhorta:

Yo soy aquél que construye
el Reino de Dios en la Tierra,
piedra a piedra,
ordenando con mis vibraciones todos los elementos.
Yo aporto a los hombres
la permanente verdad,
llenando con ella su carne mortal.
Un día toda la materia contendrá
su plena medida espiritual
y la Tierra será de nuevo un Paraíso.
Pero para ello es preciso que hombres como tú
carguen desde ahora con su cruz
y sacrifiquen en ella todo lo que es materia,
indicando así el camino a los que siguen sus huellas.
Yo te ayudaré en tu empresa:
búscame en lo cotidiano, en lo nimio,
en el detalle sin importancia;
búscame en lo humilde y postergado,
porque allí es donde resplandece
mi rutilante Faz.


(Plegarias y Exhortos de los 72 Genios de la Cábala - KABALEB)

Mebahiah: "Dios Eterno"

Nombre: Mebahiah, "Dios Eterno".

Coro: Principados, Ángeles al servicio de Netzah-Belleza.

Nombre del Ángel en letras: Mem-Beith-He-Yod-He

Nombre del Ángel en cifras: 13-2-5-10-5

Nombre del Ángel en Arcanos Mayores: Muerte-Sacerdotisa-Sumo Sacerdote-Rueda de la Fortuna-Sumo Sacerdote.

Maestro del Sendero 27, que une Netzah y Hod.

Días de regencia: 16 de Mayo; 30 de Julio; 12 de Octubre; 23 de Diciembre; 3 de Marzo. Del 23 al 27 de Diciembre.

Regencia zodiacal: 24º al 25º de Tauro; 6º al 7º de Leo; 18º al 19º de Libra; 0º al 1º de Capricornio; 12º al 13º de Piscis; 0º al 5º de Capricornio.

Lo que otorga:
  • Ver cumplido los deseos de tener hijos.
  • Mantenerse dentro de la moral.
  • Propagación de ideas religiosas.
  • Ser un bienhechor de la humanidad.
  • Ayuda a los que quieren regenerarse.
Programa-Lección: Construir el reino de Dios en la Tierra.

miércoles, 27 de julio de 2016

Cuento para Nithael: "La derrota de los usurpadores"

Tras la muerte del Gran Soberano Axis, el reino de Netzaliah quedó sin sucesor, pues su hijo Nithael único y legítimo heredero a la corona, no había alcanzado aún la mayoría de edad para gobernar.

Aquella situación dejó el trono sin gobernante y eran muchos los que ambicionaban ocuparlo. Entre estos se encontraban sus tres primos, que siempre habían deseado el poder y que como buitres festejaban la muerte de su tío el Soberano Axis, pues pronto, muy pronto esperaban devorar la “pieza” que su amadísimo tío les había ofrecido en bandeja.

Lu, Ci y Fer, ni tan siquiera conocieron al monarca Axis y menos aún a su primo Nithael. Habían vivido durante todo ese tiempo en las tierras pantanosas, donde las fuerzas del mal se daban cita para protegerse de la luz, su mortal enemigo.

Los tres hermanos competían para ser el más malo, y en esos momentos estaban de nuevo apostando.
  • Os demostraré que yo soy mucho más malo que vosotros -dijo Lu a sus hermanos -.
  • Te equivocas Lu, pues seré yo quien os demuestre que aún no ha nacido quien sea más malo que yo -le respondió Ci-.
  • Ambos estáis en un grave error, vuestra maldad comparada con la mía es cosa de risa. Yo os demostraré quién es el más malo -añadió Fer-.
De este modo los tres diabólicos hermanos comenzaron a fraguar un maléfico plan. Habían decidido hacerse con el trono de Netzaliah y para conseguirlo debían hacer desaparecer al legítimo heredero, al joven Nithael.

Con ese propósito los tres traidores solicitaron ser recibido por su primo, pues deseaban hacerle llegar su más respetuoso pésame. Nithael tras consultar con sus Consejeros, accedió a recibirlos.

Lu, Ci y Fer, que dominaban el arte de embaucar y engañar representaron un magnifico papel que conmovió el corazón del príncipe. Viendo el dolor que les afligía, Nithael les pidió que se quedasen unos días en palacio haciéndole compañía.

El plan se estaba cumpliendo como ellos tenían pensado, y ahora tendrían la oportunidad de ganar la confianza del ingenuo de su primo, y eso era lo único que esperaban para poder culminarlo.

Dos días fueron suficientes para que Nithael cayera en la trampa. Acababa de quedar con sus primos para salir de cacería al bosque. Le hizo tanta ilusión que no pensó en el peligro que le acechaba.

Lu, Ci y Fer, aprovecharon ese momento para deshacerse de él. Un golpe seco en la cabeza le hizo rodar por el suelo. No fijándose de que estuviese muerto, aquellos tres asesinos lo tiraron por un abismo. Así quedaron tranquilos.
A su vuelta, contaron a todos el terrible accidente sufrido por su primo y todos les creyeron. Tan sólo faltaba guardar un tiempo prudente de luto y el trono sería suyo.

Pero el destino es muy sabio y aquello que aparece inscrito en él no podrá arrebatárnoslo tan sencillamente nadie, y eso fue lo que le ocurrió a los tres malhechores. Aquel trono no les pertenecía, pues no estaba escrito así en las Estrellas.

Sin embargo, Nithael sí era el elegido y tras pasar tres largos años mendigando por reinos desconocidos, cierto día, un gran sabio le reveló su destino.

Nithael que era ya mayor de edad, volvió a Netzaliah y reclamó su derecho real. El pueblo ante aquella evidencia le respaldó y decidieron echar del reino a los tres hermanos que llevaban ya tres años discutiendo quién era el más malo.

En Netzaliah no tendrían más la oportunidad de demostrarlo.

Fin

Diálogo con el Ángel Nithael

  • A través de ti, peregrino, el hombre disfruta de un merecido descanso…, al igual que la semilla encuentra su máxima realización al convertirse en fruto.
  • No olvides que ser fruto, no es más que un paso transitorio del proceso creador…, una nueva semilla subyace en su interior, convirtiéndose en el anuncio de un nuevo renacer.
  • No cometas el error de pensar que ese descanso es la meta, pues debes saber que lo estable es algo que no puede permanecer…
  • ¡Ojala!, esas horas de sosiego, te inviten a reflexionar…
  • ¡Ojala!, esas horas de calma, te sugieran nuevas aventuras…
  • ¡Ojala!, esas horas de goce, estimulen tu imaginación y te invada el profundo afán de continuar con tu obra creadora.
  • Eres el perfume que se extrae de la flor…
  • Eres la dulce caricia de un corazón enamorado…
  • Eres el susurro de una madre, que eleva su acompasada melodía para alejar de su hijo la sombra del temor…
  • Eres alegría, esperanza, ilusión…, eres anhelo…, eres romance…, eres armonía y arte…, eres Amor.

Plegaria y Exhorto de Nithael

PLEGARIA

NITHAEL: Rey de los Cielos.
El Eterno ha establecido su trono en los cielos y su reino domina sobre todas las cosas.

NITHAEL: Pon en mi el sentimiento
de lo pasajeras que son las cosas;
no permitas, Señor, que me identifique
con la gloria que de ti recibo,
ni que considere como míos
los poderes que Tú me has dado.
Quiero ser, Señor, el actor de tu obra,
ora Rey, ora mendigo.
En la opulencia y en el despojo, en la grandeza y en la miseria,
permíteme ser fiel,
al camino que tus fuerzas han trazado.
Ayúdame, NITHAEL, a conservar,
en lo alto de mis triunfos,
la sed de lo primordial.

NITHAEL exhorta:

Lo estable, peregrino, es algo
que no puede durar.
Aunque la inteligencia se empeñe en perpetuar el triunfo,
el tiempo irá erosionando la obra hasta convertirla en polvo.
Las arenas de la playa fueron
soberbias y esplendorosas montañas de roca viva,
que un día tal vez soñaron con hendir el cielo con sus picachos;
pero hoy no son más que arena y mañana no serán nada.
Desde la cumbre de tu poder,
quiero que te prepares, peregrino, a ser: nada.
Nada como entidad física, como representante de ciudades y pueblos;
pero a serlo todo con el soplo que emana de la divinidad.
El Eterno me ha puesto en este trono
para que reduzca todo lo que se encumbra a su estadio primordial.
Si puedes seguirme en esa aventura,
después de haber sido rey en la Tierra,
Yo te haré rey en los cielos.
Te invito pues a la conquista
de la Eternidad.


(Plegarias y Exhortos de los 72 Genios de la Cábala - KABALEB)

Nithael: "Rey de los Cielos"

Nombre: Nithael, "Rey de los Cielos".

Coro: Principados, Ángeles al servicio de Netzah-Belleza.

Nombre del Ángel en letras: Noun-Yod-Tav-Aleph-Lamed

Nombre del Ángel en cifras: 14-10-22-1-12

Nombre del Ángel en Arcanos Mayores: Templanza-Rueda de la Fortuna-Mundo-Mago-Colgado.

Maestro del Sendero 7, regido por Netzah.

Días de regencia: 15 de Mayo; 29 de Julio; 11 de Octubre; 22 de Diciembre; 2 de Marzo. Del 18 al 22 de Diciembre.

Regencia zodiacal: 23º al 24º de Tauro; 5º al 6º de Leo; 17º al 18º de Libra; 29º al 30º de Sagitario; 11º al 12º de Piscis; 25º al 30º de Sagitario.

Lo que otorga:
  • Misericordia de Dios y larga vida.
  • Apoyo a las peticiones que se dirigen a las altas dignidades.
  • Conservación de lo legítimo.
  • Adquirir celebridad a través de los escritos y la elocuencia.
  • Protege contra los que atentan contra nuestra autoridad.
Programa-Lección: Lo estable es algo que no puede durar.

martes, 26 de julio de 2016

Cuento para Nanael: "La Luz de la meditación"


La familia de Nanael era humilde y muy pobre. Su padre, aunque trabajaba de Sol a Sol sin desfallecer, apenas si ganaba para alimentar a sus doce hijos, y a pesar de ello, nadie se quejaba, bueno excepto uno, ya que Nanael, soñaba con ser alguien famoso, influyente y poderoso.
Ignorando los muchos esfuerzos que sus padres hacían para poder sobrevivir, su orgullo le llevó a despreciar aquel modo tan humillante de vivir, y decidió abandonar su hogar y salir en busca del prestigio y de riquezas.

Siempre había querido ser un gran mago y había oído que en la Ciudad Sagrada admitían a aprendices que buscaban dominar la Alta Magia. Así que dirigió sus pasos hacia donde nacía el Sol. Allí le aguardaba su destino.

Tras cuatro días de camino, nuestro joven protagonista logró llegar hasta las puertas de la Gran Ciudad. Un silencio armonioso le sobrecogió. Estaba ante la entrada y ya podía respirar el particular aroma del Misterio. Dos Querubines custodiaban con espadas flameantes el acceso al Santuario.

Nanael tras recuperar su aliento, quiso penetrar en su interior, pero una voz detuvo en seco sus pasos.
  • ¿A dónde crees que vas extranjero? -le interrogó uno de los Querubines mientras le apuntaba con su espada -.
  • No soy extranjero, vivo a...
No pudo seguir hablando el joven, pues fue bruscamente interrumpido por el Querubín.
  • ¡Calla insolente!. Todo el que Es, no Es, y todo aquel que no Es, Es.
Nanael un poco asustado no entendía aquel juego de palabras. Pensó que sería un enigma y dirigiéndose al Guardián del Templo, le dijo:
  • ¿Acaso es un misterio que debo resolver?
  • Así es muchacho. Medita, medita, y cuando tengas la respuesta llama de nuevo -le ordenó el Querubín-.
El osado joven se sintió muy desilusionado. Nunca había pensado que fuera tan complicado ser mago, y menos aún aprendiz de mago.
Meditar, ¿acaso tenía paciencia para meditar? Si estuviera allí su padre, el sí sabría cómo hacerlo. Siempre le aconsejaba lo mismo:
  • Hijo mío, cuando siembras la semilla de un árbol hay que tener paciencia hasta que dé sus frutos. Observa como la semilla se protege en la tierra y satisfecha crece poco a poco con el afán de dar al final sus frutos, esos apetitosos y dulces frutos que nos alimentan.
Cuanta razón tenía su padre. Ahora él estaba sólo y debía tener paciencia.
Buscó un lugar donde poder meditar y se entregó a ello en cuerpo y alma. Al principio se irritaba, pues su mente era como un avispero rabioso. Sus ideas revoleteaban sin sentido en su cabeza, pero aquel silencio armonioso fue penetrando lentamente en su interior y sin saber cómo, una luz emergió de él.
  • "El que Es, no Es, y todo aquel que no Es, Es".
Aquel mensaje tomó forma en su mente y dejó que fluyera libremente.

No quería que aquella luz se apagara, y pensó en la luz. En ese momento todo se convirtió en una luz intensa, y de repente la respuesta apareció milagrosamente. Era el espíritu. Esa era la respuesta. El espíritu, por eso él era extranjero. El Eterno, no es extranjero y sin embargo, al ser invisible, no Es, pero al no ser de este mundo, Es habitante del Templo.

Las puertas del Santuario se abrieron para Nanael, pero el joven pidió a los Querubines que las cerrasen de nuevo, pues comprendió que debía volver a su hogar donde tenía una labor que hacer.
De sus ojos se había desprendido la venda de orgullo que hasta ahora le había cegado, sin embargo, la luz había abierto ante él un hermoso camino.

Fin


Diálogo con el Ángel Nanael

  • El amor que sientes por la Luz, te llevará a situaciones donde puedas dar viva expresión a tus valores…
  • Por tu venas fluye sangre principesca…, tú lo sabes…, te sientes el heredero del Trono del Padre, y ello te llevará a dar muestra de su grandeza.
  • Un sutil peligro te acecha, peregrino, quedar cegado por la Luz, puede llevarte a un mundo de penumbras.
  • ¿Has medido la fuerza de tu ímpetu?
  • ¿Has sopesado el alcance de tus acciones?
  • ¡Ojala!, no te dejes corromper por las sutilezas del poder…
  • ¡Ojala!, tu orgullo no te convierta en un ser insolente…
  • Controla la pasión que insuflas en tu corazón…, los excesos ahogarán su acompasado latir y pondrían en peligro su equilibrio.
  • Suaviza el tono de tu luz, para que otros puedan compartirla.
  • Háblales de la grandeza del Alma, de lo Eterno, de lo Esencial…
  • Háblales de los dulces frutos que encierra la Humildad.

Plegaria y Exhorto de Nanael


PLEGARIA

NANAEL: Dios que rebaja los orgullosos.
Yo sé, ¡oh Eterno! que tus juicios son justos y que es tu Verdad la que me ha humillado.
NANAEL: Enséñame, Señor, tu Divino Orden,
muéstrame el engranaje que mueve Tu justicia,
revélame la particularidad de tus leyes, de tus normas,
a fin de que pueda, en la Tierra,
ser el ejecutor de Tu Sublime Mandato.
Ayúdame, NANAEL, a encontrar el retiro propicio
para que Tu y yo podamos comunicarnos.
Allí estableceré el Santuario,
allí honraré al Eterno;
allí construiré la escalera de 72 peldaños
para que las divinas jerarquías puedan subir y bajar.
Allí generaré las 12 tribus divinas
que han de establecer en el mundo
tu esplendoroso Reino.
NANAEL, no dejes que tu luz me ciegue
y haga de mi un ser orgulloso e insolente.
En todo momento, en todo lugar, quiero ser,
de Tu Designio,
el humilde artesano.

NANAEL exhorta:

Me he interiorizado en ti, peregrino,
me he hecho carne en tu carne,
para organizar, desde tu nivel humano,
la vida en esta Tierra.
Tu misión consiste en exteriorizarme.
Abre en ti una ventana para que yo pueda salir.
Préstame tu garganta para que todos puedan oír mi voz;
préstame tus músculos
para que todos puedan ser testigos de la armonía de mis gestos.
Déjame que utilice tu alma
para expresar a través de ella el Alma Universal.
Te ofrezco, peregrino, una alianza:
tú como hombre, Yo, como Dios,
llevaremos el peso del mundo
y lo conduciremos aceleradamente hacia su sacrificio material,
hacia la eterna vida del espíritu.
Ojalá, peregrino, que tu cuerpo físico pueda soportar
la intensidad de mi luz,
porque en verdad te digo que será grande nuestra Obra.


(Plegarias y Exhortos de los 72 Genios de la Cábala - KABALEB)

Nanael: "Dios que rebajas los orgullosos"


Nombre: Nanael, "Dios que rebajas los orgullosos".

Coro: Principados, Ángeles al servicio de Netzah-Belleza.

Nombre del Ángel en letras: Noun-Noun-Aleph-Aleph-Lamed

Nombre del Ángel en cifras: 14-14-1-1-12

Nombre del Ángel en Arcanos Mayores: Templanza-Templanza-Mago-Mago-Colgado.

Maestro del Sendero 24, que une a Netzah y Tiphereth en su trayecto de Retorno.

Días de regencia: 14 de Mayo; 28 de Julio; 10 de Octubre; 21 de Diciembre; 1 de Marzo. Del 13 al 17 de Diciembre.

Regencia zodiacal: 22º al 23º de Tauro; 4º al 5º de Leo; 16º al 17º de Libra; 28º al 29º de Sagitario; 10º al 11º de Piscis; 20º al 25º de Sagitario.

Lo que otorga:
  • Inspiración para el estudio de las Altas Ciencias.
  • Inspira en sus trabajos a los profesores, magistrados y legisladores.
  • Adquirir conocimientos transcendentes mediante la meditación.
  • Rejuvenecimiento intelectual y físico.
  • Protege contra la ignorancia y las malas cualidades de cuerpo y de alma.
Programa-Lección: Vencer el orgullo y la insolencia.

lunes, 25 de julio de 2016

Cuento para Imamiah: "La música de las esferas"

Siempre se reían de él, pues decían que era cursi y débil como una flor. La verdad es que si lo comparaban con la corpulencia y fortaleza de sus hermanos, Imamiah era un insignificante y sensible ser.

En aquellos días, la vida no era fácil. Rara era la vez que no se recibían noticias de países que habían sido asediados y conquistados por legiones de hombres rudos y violentos, sedientos de sangre y ambición.

Hombres sin escrúpulos cuyo único objetivo era sembrar el pánico, el terror y la maldad entre los habitantes de los demás pueblos.

El padre de Imamiah era el soberano de aquella rica comarca. Su poder se extendía a través de un vasto reino y durante 22 años había gobernado disfrutando de la paz.

Sin embargo, ese estado de plenitud iba a ser alterado, puesto que una tropa de bárbaros guerreros se dirigía hacia su tierra y aquello solo podía significar una cosa, la guerra.

Nada mas supo la noticia reunió al Consejo de los Sabios y a sus hijos, debía consultar con ellos, pues estaba desconcertado.
  • ¿Qué podemos hacer sabios consejeros? -preguntó muy preocupado -.
  • Debemos parar su avance antes de que crucen nuestras defensas y lleguen a palacio -le advirtió uno de sus hijos -.
  • Tiene razón el príncipe Arul, Majestad, hemos de pararles -expresó el Consejero -.
  • ¿Qué me sugerís pues? -preguntó una vez más el rey -.
  • Dejadme salir a su encuentro -se adelantó su hijo Arul -, yo les pararé.
Así fue acordado y así se cumplió. El valiente Arul partió con una gran tropa para hacer frente al enemigo.
Confiaba en su poder y bravura, pero no serían suficientes, pues al cabo de dos lunas, volvió derrotado. Su ejército había sido diezmado.

Viendo aquella derrota, otro de sus hijos propuso ser él quien probase suerte. El rey que no sabía qué hacer, accedió a su petición y su segundo hijo buscó al enemigo para poder vencerle.

Pero no seria mejor su suerte. Transcurrió una sola Luna y el bravo guerrero volvió desolado y vencido.

El tercero de los hermanos, indignado y enfurecido por aquellas humillaciones, solicitó a su padre que le dejase partir, pues debía vengar el honor de su familia y su petición también fue concedida.

Al mando de los pocos hombres que quedaban en palacio, el orgulloso y osado joven buscó al enemigo con la esperanza de poder vencerle y vengar las suertes de sus amigos.

Pero al tercer día de su partida, volvía mal herido y sin haber conseguido su objetivo.

Nadie podía salvar ya al rey. Sus tres hijos más valientes habían fracasado y nadie se atrevía a intentarlo.
Sin embargo, había olvidado como siempre a Imamiah, el delicado y sensible Imamiah.
  • Padre -le dijo -, dejadme siete arpas y yo os liberaré del enemigo.
Todos rieron al oír aquella solicitud, mas su padre que ya no le quedaba ganas de reír, miró a los ojos de su hijo más pequeño y vio una extraña luz, y le dijo:
  • Toma cuanto necesites y que la Diosa Netzah te proteja.
Imamiah tomó las siete arpas y reunió a siete hombres que siguiendo sus instrucciones tocaron una bella melodía.

De repente el cielo se abrió y una sinfonía celestial partió de él. La Música de las Esferas tenía un gran poder y el enemigo se fundió en aquella armonía olvidando todo deseo de maldad.

La paz sobrevivió y ya nadie se reiría más del sensible y delicado Imamiah.

Fin