lunes, 16 de marzo de 2015

Causa Espiritual de las enfermedades de los pies.

El presente artículo, está dedicado al signo de Piscis y a su regencia sobre los pies. Todos los textos astrológicos consultados sobre este particular, coinciden en atribuir al signo de Piscis con la parte del cuerpo físico que nos permite la movilidad.

Cuando estudiamos las características de tercer signo del elemento Agua, observamos que su papel estelar le lleva a ser el exteriorizador de las emociones y deseos, es decir, Piscis, nos impulsa a conquistar lo que nuestras emociones nos dictan. Y cuando esto ocurre, nos sentiremos llamados a movilizarnos para conseguir lo que nuestros sentimientos nos inspiran.
Precisamente, cuando esta dinámica se activa, serán nuestros pies los que nos permitirán desplazarnos de un lado a otro, con el único objetivo de permitirnos satisfacer nuestros deseos. Por lo tanto, estamos estableciendo una relación que nos aportará mucha información sobre nuestra naturaleza emocional, ya que, en la medida en que nuestros pies encuentran dificultades para realizar su cometido, tendremos que preguntarnos, ¿qué ocurre con nuestras emociones para que esto sea así? 
Las enfermedades y trastornos físicos que padezcan nuestros pies, nos estará informando de la calidad de nuestro cuerpo emocional; nos indicará en qué medida, nuestros sentimientos están sirviendo al amor o a la pasión y el egoísmo.

Bien, sirvan estas líneas de introducción. Ahora, entraremos a analizar este apasionante tema desde diferentes puntos de vista. Vamos a adentrarnos en el texto sagrado de la Biblia para analizar dos pasajes que, considero muy interesantes, y en los que se pone de manifiesto dos acciones relacionadas con los pies: sacudirse los pies y el lavado de pies.
Veremos, igualmente, el significado emocional de las enfermedades relacionadas con los pies y recogeremos las recomendaciones que nos ayudarán a cambiar nuestras pautas emocionales para encontrar el estado saludable.


Textos Sagrados:

“Cuando no se os reciba ni se escuchen vuestras palabras, salid de la casa o de la ciudad y sacudid el polvo de los pies para que no quede en vosotros recuerdo en ella. En verdad os digo que el día del juicio, el país de Sodoma y Gomorra será tratado con menos rigor que esa ciudad”, prosigue Jesús (Mateo X, 14 15) (Marcos VI, 11) (Lucas IX, 5 y X, 10 12)

Los pies tienen una relación directa con el alma humana. Los pies están regidos por el signo de Piscis, que es la sede zodiacal asignada a la oleada de vida humana. Más tarde, Cristo lavaría los pies a sus apóstoles para simbolizar la purificación del alma. Cuando les recomienda pues que sacudan el polvo de sus pies si la casa (o morada psíquica del interlocutor) no los recibe, quiere decir que el discípulo no debe guardar en su alma el recuerdo de aquellos que no han querido acogerlo. Si no se sacude el polvo de los pies, el que rechaza las palabras del discípulo dejará huellas en el alma, es decir, establecerá un vínculo que lo obligará a volver a encontrarlo en una próxima existencia.

Es importante pues que el discípulo aprenda a sacudirse el polvo de los pies cuando se encuentra ante alguien que es opaco a sus enseñanzas. No dejemos que en nuestras almas haya incrustaciones de otras almas que más tarde nos obligarían a descender a sus abismos. Podemos descender por voluntad propia, pero no obligados por necesidades kármicas. No abriguemos pues hacia los que no nos escuchan ni rencor, ni deseos de demostrarles la verdad, ni resentimiento alguno por habernos tratado con desconsideración.

Esto es especialmente aplicable a la pareja y a los familiares más cercanos. En efecto, ocurre con frecuencia que las personas que poseen algunos conocimientos esotéricos o que empiezan a acceder a la nueva consciencia sientan cierto resquemor o bien desarrollen un sordo resentimiento hacia sus seres queridos cuando éstos no comparten sus inquietudes espirituales. El Maestro nos sugiere la pauta a seguir en este caso: respetar el camino que el otro ha escogido sin pretender obligarle a seguir el de uno. Ningún camino es más válido que otro, lo que cuenta es el proceso.

Luego, derramó  agua en un recipiente  y se puso a lavar los pies de sus discípulos,  secándolos con el paño con que se había ceñido. Comenzó por Simón Pedro, y éste le dijo: “¡Tú Señor, tú me lavas los pies!” Jesús le respondió: “Lo que yo hago ahora no lo comprendes pero lo comprenderás muy pronto.” Pedro dijo: “No, jamás me lavarás  los  pies”, y Jesús  le respondió: «Si no te lavo, no tendrás tu parte en mi Reino.” Simón Pedro le dijo: “Señor, no solamente  los pies,  sino aun las manos  y la cabeza”. Jesús  le dijo: “El que  es lavado  sólo  necesita  lavar  sus pies  para  quedar enteramente purificado, y vosotros lo sois, pero no todos.»  (Juan XIII, 5-9).

El Apóstol Juan, representa el signo de Piscis. La función  de este signo es la de exteriorizar  los  sentimientos, sacarlos  fuera a fin de que no perturben  al hombre  en la búsqueda  de la Verdad.  Los pies están regidos  por Piscis, de modo  que ese lavado de pies está relacionado con las funciones  del signo.
Si en Piscis nos desprendemos de nuestros  deseos,  sentimientos, emociones, es preciso  que lo hagamos  limpiamente, porque  si esos deseos-sentimientos-emociones son sucios, contaminaremos con ellos la tierra en la cual los arrojemos y sólo habremos  conseguido que nuestra  suciedad interior  pase al exterior.

Son muchos  los  Pedros  que se resisten  a ser lavados  por Cristo;  muchos  los que no quieren “humillar” su espiritualidad interna y ponerla a servir en tareas que consideran inferiores. Muchos  son los  que llevan con  orgullo  sus conquistas espirituales y se dicen: “De aquí no me bajo.” Pero si la espiritualidad no se baja para purificar  lo que, por su naturaleza,  está debajo  de ella, lo inferior  no  podrá  entrar  en  el Reino  de  Cristo  y la fuerza  crística  no tendrá  más remedio  que acceder  a lo inferior  a través  del sacrificio, el suyo propio  primero y provocando con ello el suicidio  de Judas, o sea la desaparición del Mal, cuando  la voluntad  del “muerto”  ha penetrado en él autodestruyéndolo.

Todos  los personajes de la pasión  están  en nuestra  naturaleza interna,  que los  va generando y gestando a lo  largo  de nuestras existencias. Si hemos  alcanzado este punto en que actúan en nosotros  Marta-María-Lázaro, Juan, Pedro,  Judas  y Cristo,  es que nos encontramos en las puertas  del Reino y podemos acudir a ese banquete,  sucios  o limpios, y ello  determinará  el que penetremos en ese Reino deslizándonos suavemente  o mediante  drama y violencia.

La iglesia católica  ha convertido el lavatorio de pies en un rito  y, para poder  cumplirlo, moviliza  todos  los años a los pobres, constriñéndolos a colaborar. De la forma  en que se lleva a cabo,  es muy difícil que los fieles puedan ver en ese gesto  la necesidad  de que lo superior  purifique  a lo inferior  en cada hombre.  En la vida familiar, sobre todo  en el campo  donde  existían menos  comodidades, podía contemplarse a menudo  la escena de la mujer lavando  los pies a su marido,  evidenciando así el impulso  interno  que busca esa purificación  espiritual.  Sepamos  ver  en los  pies  el termómetro físico  de nuestra  temperatura emocional.  En ellos  se  refleja  el  estado  de nuestras  emociones. Si los pies se hinchan,  se agrietan,  se “duermen” o son dolorosos, es señal de que nuestras  emociones bajan sucias, y, del mismo  modo que un baño de pies alivia su dolor, la purificación de los sentimientos aliviará nuestra vida de la carga que hacemos  pesar  sobre  ella. Es muy  frecuente encontrar  gente  con los  pies  cansados  y ello indica  que están  viviendo  por  encima  de sus posibilidades morales, intelectuales o emocionales. Y, una de dos,  o bien  deben  lavarse  los  pies  y  estar  a la altura  de lo  que pretenden  ser, o renunciar  a su ambición  y aligerar  así el peso  de su edificio  humano.

Después de haberles lavado los pies y de haberse puesto  el vestido  volvió  a la mesa y les dijo: ¿Comprendéis lo que os he hecho? Me llamáis Maestro  y Señor,  y decís bien, pues lo soy. Si os he lavado los pies, siendo el Señor y el Maestro, debéis también  lavaros  los  pies los  unos  a los  otros, ya que os he dado  un ejemplo, a fin  de  que  hagáis  como  yo  he hecho.  En verdad,  en verdad  os digo que el servidor  no es más grande que su Señor, ni el apóstol  más  grande  que quien  lo ha enviado.  Si sabéis  estas cosas, felices  sois, siempre  que las practiquéis. (Juan XII, 12-17)

Dice Jesús en este punto algo sumamente importante: nuestro  comportamiento debe  seguir la pauta del discurrir del cosmos. Debemos  ser primavera  con la primavera; verano con el verano, etc. y realizar en nosotros los procesos inscritos en los libros  sagrados.  En los gestos  de Jesús se encuentra  el modelo  de comportamiento que debemos   seguir para pasar del mundo  de las realidades  materiales  al de la vida del espíritu.  Cuando los caminos  de acceso  son diversos, también  nos lo indica con hechos  o con parábolas.
La única dificultad  reside en entenderlo y saber que cuando  habla de lavarse los pies, se refiere a la purificación de los sentimientos. En todo cuanto dice o hace hay una enseñanza oculta, pero esa enseñanza va siendo inspirada  a los hombres a medida  que la buscan y no se conforman con el sentido  literal de las palabras, que es suficientemente absurdo  como para impulsar al que busca de veras la verdad  a ir más allá de lo aparente.

En efecto,  si interpretamos este pasaje del lavatorio  de pies en su sentido  literal, tendremos que para entrar en ese paraíso  que deja entrever  la enseñanza  de Cristo,  sería preciso  que Jesús  lavara  los  pies  a sus  discípulos  y  después  que  lo hicieran entre  ellos.  Hasta un niño  puede  entender  que los  pies  limpios  o sucios  no han de ser obstáculo  para que un hombre  vaya al cielo.

Esa observación induce a pensar que algo se oculta en esa historia de pies.
El paso  siguiente  hace  pensar  al hombre  profano  que  lo  que Jesús pretende  decir es que es preciso  ser humildes,  sobre todo en la relación ricos-pobres o poderosos-humildes, pero la humildad  ya es proclamada  como  una virtud  al principio de la enseñanza, como para que deba  ser ilustrada  con  ese ejemplo.  No es todavía  eso, pero  las reflexiones  sobre  la humildad  pueden  ya llevar  el alma a consideraciones  interesantes sobre qué es la humildad, que consiste en bajar  a lo  inferior,  apareciendo  la idea  de  que lo  noble,  lo elevado,  lo digno,  debe descender  de su pedestal,  desnudo,  despojado  de todos  sus oropeles.  La cabeza  -del que lava- debe estar a la altura de los pies del lavado.  En ese camino  de reflexión irán apareciendo  los valores  que darán más profundo significado  a ese gesto.  Su exacta  dimensión  surgirá cuando  lo encasillemos en el zodiaco,  la madre, la matriz  de nuestro  universo  solar y cuando le apliquemos  las medidas  del Árbol Cabalístico. Entonces  veremos:

Como ya hemos  dicho,  los  pies  siendo  regidos  por  Piscis  y siendo  las funciones  de este signo las de desprender  los sentimientos, la purificación  de lo uno  corresponderá a la purificación de lo  otro.
Esto  sucede  cuando  el Sol está  en  Aries,  o sea cuando  el Cielo entra  en la Tierra.
La cabeza a la altura de los pies  significará que Kether está en Tiphereth,  puesto que Kether es la cabeza y Tiphereth  la puerta por la que salen las emociones del mundo de creaciones,  en el esquema  del Árbol.

Todo  ello nos inspirará  la dinámica  que debemos  poner  en marcha  y  al decirnos  que  debemos   lavarnos  los  pies  los unos a los otros,  porque  no somos  más que nuestro  Señor, y si él lo  ha hecho,  también  debemos  hacerlo  nosotros,  entenderemos que  nuestra  cabeza,  nuestra  voluntad   creadora,  debe  bajar  a la puerta por la que salen las emociones en nuestros  hermanos,  nuestros  compañeros de vida, para purificarlos.

Hay personas que tienen efectos purificadores sobre otras,   es decir, personas  en las que esta dinámica se expresa  de una forma natural, sin forcejeos; del mismo  modo  que otras personas  son conductoras de pasiones  y de bajos instintos. En el primer caso podemos decir  que la relación  cabeza-pies  hace que éstos  suban, y en el segundo  caso que la cabeza se queda atrapada en los pies. Es decir, al purificarse  los unos a los otros  siempre existe el peligro de que sea el purificador  quien se vea contaminado. Por ello, Jesús se ciñó la cintura al iniciar el lavatorio  de pies.

En la dinámica  cósmica,  vemos  en la estructura  del Árbol cómo Kether, el Padre, hizo descender  a Tiphereth,  el Hijo, a la más baja región del mundo de creaciones, donde, permanentemente, lava los pies  a los  sentimientos. Cada uno  de nosotros lleva  sobre  sí ese Árbol  de  la Vida,  cuyos  centros   van  entrando  paulatinamente  en fase activa.  Más tarde o más temprano ha de llegar el momento en que el Hijo descienda  de su trono  llamado  Hochmah,  a la derecha del Padre, y se encarne en Jesús-el Hombre, en nuestra Conciencia­ Tiphereth para purificar toda la suciedad acumulada en los sentimientos.

Afortunados  si  comprendemos  esas  cosas,   dice  Jesús, siempre  que las practiquemos.
En esto,  como  en todo,  la purificación empieza  por  nosotros mismos.  Si no lavamos  nuestras  propias  pasiones,  mal podremos purificar  a los demás.  El lavatorio  de pies tendrá  que manifestarse de acuerdo  con la Ley del Yod-He-Vav-He, y en una primera  etapa estallará en nuestra naturaleza interna una inmensa  voluntad  purificadora; en una segunda etapa nuestras pasiones serán arrojadas de nuestra tierra humana, quemadas en ese fuego purificador, y en una tercera  etapa podremos exportar  pureza y lavar los pies a nuestros hermanos.


Biodescodificación

EL PIE                                                                                                    

El pie, en general, son los conflictos relacionados con la madre.   También puede referirse a la Madre simbólica que protege:
·         La Seguridad Social
·         Ayudas estatales

Madre = Protección
Padre = Permiso

PIE PLANO
Búsqueda del afecto de la madre. Cuando soy niño, no quiero separarme de mi madre “Me impide despegarme y me clava al suelo”. “Estoy aplastado por mi madre” Son planos hasta los 4-7 años.

PIE HUECO O CAVO
Búsqueda de autonomía en relación a la madre “Me resisto al agobio de mi madre” “Quiero separarme de mi madre”.

Los dedos del pie:
·         Dedo gordo: El dedo gordo representa… “La obligación a la madre”.
·         Dedo II. Representa “a los colaterales” (hermanos, cuñados, esposo, compañeros de trabajo).
·         Dedo III: “Problemas de comunicación”, de circulación de la comunicación.
·         Dedo IV: Problemas de vesícula biliar, “Cólera reprimida, rencor e injusticia, en relación a la madre”
·         Dedo V: Territorio

Hallux valgus (“juanete”), callos:
El dedo gordo representa la obligación a la madre. Un problema con el dedo gordo se corresponde con el resentir “mi madre me obliga a”. La gente con problemas en el dedo gordo está bajo el dominio de la madre.
En el caso de los callos añadimos “Protección” con la descodificación del dedo en cuestión.

Obligación con los colaterales:
·         El dedo encima: “debo actuar porque soy el mayor”
·         El dedo debajo: “debo hacerlo en lugar de los mayores”
·         Los dos dedos: “Dificultades para encontrar su camino”.

Espolones calcáneos:
La planta del pie es la madre, pero a nivel simbólico es la casa donde se encuentra la madre, la casa familiar. “No tengo derecho a marcharme de casa”, a poner el pie en el suelo para marcharme. Me culpabilizo de pensar que quería marcharme.

Esguinces:
Hay varios tipos de esguince en función del dolor sobre un tendón en particular:
  • Ligamento lateral externo, se produce en un movimiento de inversión. Si hay dolor anterior está relacionado con vesícula biliar, cólera, rencor, injusticia. Si hay dolor posterior está relacionado con la vejiga, territorio.
  • Ligamento lateral interno, se produce en movimiento de eversión. Se relaciona con el bazo, con la “Preocupación por los hijos”.
Resentir: “Tengo miedo a estar desvalorizado en un proyecto futuro”

Huesos Sesamoideos:
Situados en la articulación metatarsofalángica del dedo gordo. Su función es “actuar como palanca” para el dedo gordo. Potencian la fuerza para mantenerlo presionado contra el suelo.
  • Conflicto de obligación hacia la madre, “no he tenido suficiente fuerza para luchar” porque los sesamoideos ayudan al dedo gordo a mantener el equilibrio.
  
Louise L. Hay

Causa probable: Representan nuestra comprensión de nosotros mismos, de la vida y de los demás. Temor al futuro y miedo de no avanzar en la vida.
Nuevo modelo mental: Mi entendimiento es claro y estoy dispuesto a cambiar con los tiempos. Estoy a salvo. Con facilidad y alegría avanzo en la vida.

PIES
Tienen que ver con nuestro entendimiento, con la forma en que nos entendemos y en que entendemos la vida, tanto el pasado como el presente y el futuro. A muchos ancianos les cuesta caminar. Su entendimiento se ha vuelto parcial y retorcido, y con frecuencia sienten que no tienen adonde ir. Los niños pequeños se mueven con pies alegres, danzarines. Los ancianos suelen arrastrarlos como si se negaran a moverse.

PIES (Significado)
Conflicto en la dirección que vamos. Falta de estabilidad y seguridad. Problema con la totalidad de nuestro Ser.
SOLUCIÓN POSIBLE: Reflexionar y discernir. Autoestima y confianza. Alineamiento integral.

LISA BOURBEAU

BLOQUEO FÍSICO: Los problemas en los pies son muy numerosos.

BLOQUEO EMOCIONAL: Como los pies son el medio por el cual las piernas pueden avanzar, representan el medio utilizado para ir hacia adelante en la vida. Tener problemas en ellos significa que la persona no encuentra los medios necesarios para avanzar, ya sea que sienta demasiados miedos, que se deje detener por los demás o que sienta que la detienen. No está segura con respecto a la dirección a seguir. Este problema también puede indicar que la persona tiene la impresión de estar parada siempre en el mismo lugar, de no avanzar. Además, puede ser una persona a la que le gustaría huir y no está suficientemente arraigada en la Tierra o en el mundo físico. Se aísla de la realidad material a causa de sus temores. También puede producirse dolor en el pie en una persona que tiene miedo de que la pongan "de patitas en la calle", es decir, que la cesen en sus funciones. Si los pies duelen más durante el reposo que en la actividad, indica que la persona no se permite detenerse a descansar. Quiere ir demasiado rápido o hacer demasiado para lograr sus metas. Se valora mucho por sus acciones.

BLOQUEO MENTAL: Tus pies son muy importantes para tu cuerpo físico. Existen para sostener todo tu organismo y para ayudarte a avanzar en la vida. Te dicen que debes hacerlo alegremente, con entusiasmo y de manera relajada. Los pies son la parte de tu cuerpo que está en contacto directo con la Tierra, y simbólicamente, esta representa a nuestra madre. Todo problema en los pies te dice que te mantengas bien arraigado a la realidad del "aquí y ahora", teniendo más confianza en el Universo y en tu intuición. Corre, vuela, no dudes en tomar los medios que consideres necesarios para avanzar. No te dejes "pisar" por nadie. Esto te dará la ocasión de vivir experiencias diferentes y de descubrir tus talentos ocultos. Siéntete sostenido y la vida te sostendrá.

JACQUES MARTEL

PIES (en general)
Los pies representan mi contacto con la tierra de energía alimenticia.
Están relacionados con las relaciones que vivo con mi madre así como los conflictos frente a ésta, los cuales pueden remontar tan lejos como mi concepción. Mis pies me dan estabilidad en mis desplazamientos hacía un objetivo, un deseo o una dirección. Me ayudan a sentirme en seguridad en mi relación con el universo. Representan la posición que tomo frente a las situaciones que se me presentan. El hecho de tener un pie izquierdo más fuerte que el pie derecho (o viceversa) puede informarme en las diferentes tendencias que debo privilegiar en mis desplazamientos o contactos con el suelo, tanto físico como mental o espiritual.

Además si ando con los pies girados hacía el exterior, puedo vivir confusión frente a la dirección tomada o tener una dispersión de mis energías en diferentes proyectos, mientras que si mis pies están girados hacía el interior, vivo un cierre o una resistencia frente a las direcciones por tomar en mi vida.

PIES (dolencias de…)
Gracias a mis pies, me desplazo en el camino de la vida. Mi cerebro es la central de mando de mis pies. La ciencia de la reflexología nos informa que todo nuestro cuerpo está repartido en la superficie de nuestros pies. Por lo tanto, todos los problemas que puedo vincular a mis pies me permiten saber cuál lugar de mi cuerpo me está hablando.
Un problema vinculado con mis pies me indica un conflicto entre la dirección y el movimiento que tomo, y manifiesta mi necesidad de más estabilidad y seguridad en mi vida. El futuro y todos sus imprevistos me dan miedo. Cuando me duelen los pies, debo ralentizar el paso. ¿Se debe al aburrimiento o al desánimo frente a todas las responsabilidades y frente a todas las cosas que debo hacer y que me parecen imposibles de realizar? O al contrario, puede que vaya a 300 kilómetros por hora y mi cuerpo me dice de ir más despacio antes de “tener un accidente?

Una rampa en el pie izquierdo o en el pie derecho me indica a qué nivel se sitúa la duda o el rechazo de adelantar o bien cuál es la dirección que me asusta coger. ¿El bloqueo está dentro o fuera de mí? Debo tomar posición en una situación dada y puedo tener miedo de “perder pie” y “ya no sé en cuál pie he de bailar”.
Un pie llano me indica una columna vertebral muy recta, muy rígida, y por lo tanto, tengo una estructura menos flexible. Ya que no hay ningún espacio entre todo mi pie y la tierra en la cual ando, esto demuestra que mis fronteras personales están mal dibujadas. Me siento pues vulnerable y, para protegerme, “sobrevolaré” la superficie de las cosas en vez de crear un contacto más profundo y “coger raíz” adecuadamente, tanto en una relación afectiva, como en un trabajo, o en cualquier otro campo. Esto también tiene por consecuencia que mi trabajo estará entremezclado con mi vida privada, ambas solapándose, poco importa lo que suceda y en detrimento del resto de mis relaciones.
Al contrario, si tengo el puente del pie alto, esto me revela que tengo un desplazamiento más pesado y una columna vertebral muy cargada. Esto revela también que claramente separé mi vida pública de mi vida privada. Esto me lleva a estar apartado y silencioso, teniendo dificultad en iniciar una comunicación y anticiparme a los demás.
Un freno a mis emociones frente a la dirección que he de tomar en mi vida se traducirá por unos pies hinchados y el exceso de estas emociones que se liberan se traducirá por transpiración.
Los pies fríos me llevan a cuestionarme sobre mis relaciones con mi madre y ver lo que puede llevarme a tener los pies fríos, incluso helados. Muy sencillamente puede tratarse de mis relaciones con ella que encuentro distantes y “fríos”.

Por lo tanto debo amar mis pies porque son ellos que llevan todo mi ser en el camino de la vida. Cuanto más los amo y los acepto más fácil será el trabajo que cumplan.