viernes, 25 de diciembre de 2015

Luna Llena de Navidad 2015

El día de Navidad coincidirá con la Luna en fase llena por primera vez desde el año 1977 y que no volverá a pasar hasta el 25 de diciembre de 2034. Se trata de la primera Luna llena del invierno, que comenzó el 22 de diciembre. Concretamente, el satélite llegará a su máximo esplendor a las 12.11 horas del día de Navidad (hora peninsular española). EL MUNDO/EUROPA PRESS

La noticia publicada en el día de ayer en la edición digital de El Mundo es, para los amantes de los acontecimientos astronómicos,  cuanto menos curiosa. Según nos informa desde la NASA, "La Luna llena de diciembre, que es el última del año, se llama Fría Luna Llena, debido a que las noches de este mes están en su etapa más larga y oscura y durante este mes el frío del invierno se mantiene fuerte". 


Continua el artículo diciéndonos: "Del mismo modo, los expertos indican que, a lo largo del este último mes del año la Luna está por encima del horizonte durante mucho tiempo y en su fase llena tiene una alta trayectoria en el cielo, porque se enfrenta a un Sol bajo en el horizonte".


Siempre me ha fascinado el simbolismo de la Luna Llena y no me estoy refiriendo a su manifestación externa, que sin duda es hermosa e inspiradora. Recuerdo, que cuando inicié mis estudios en astrología, en el capítulo dedicado a los Aspectos Planetarios, me encontré por primera vez con el significado de la Luna Llena. Me llamó la atención que existía cierta disparidad de criterios entre los autores que habían dedicado su saber a explicar el significado de tal Aspecto o relación planetaria. En astrología, al Aspecto que se produce cuando los planetas se encuentran a una distancia de 180º se le conoce como Oposición. Cuando los planetas, Sol y Luna, están en Oposición, a nivel astronómico dicho acontecimiento se conoce como Luna Llena.

La disparidad a la que me he referido anteriormente se fundamenta a la hora de clasificar a dicho Aspecto Planetario entre los catalogados como Aspectos Benéficos o Maléficos.
La gran mayoría defienden la teoría de que la Oposición debe ser considerado como un Aspecto Maléfico. Pero también, hay autores que opinan lo contrario. Personalmente, no participo de la opinión de clasificar los Aspectos bajo esa visión dualista, pero debo reconocer, que existe mucha literatura que defiende dicha clasificación, argumentando que los efectos visibles de un Aspecto, son evidentemente clasificables en "buenos o malos".
Desde mi punto de vista, dichos conceptos duales pertenecen a una visión de la astrología basada en las creencias y argumentos del ego, cuyo principio más sólido es que "somos seres separados". Pero no me voy a parar en esta cuestión, que nos desviaría del propósito de la reflexión que quiero compartir con relación al significado de la Luna Llena de la Navidad.

Veamos que información nos aporta la Luna Llena-Oposición, sabiendo que nos relaciona dos Signos opuestos.

Es necesario recordar que los Signos Astrológicos se dividen en Cuatro Elementos: Fuego, Agua, Aire y Tierra.

Una simple reflexión sobre las características propias de dichos Elementos nos lleva a afirmar que entre dichos Elementos existe armonía o desarmonía. Por ejemplo, el Fuego y el Agua, son Elementos que no se pueden integrar, pues el exceso de Fuego, hace que el Agua se evapore o por lo contrario, el exceso de Agua, hace que el Fuego de apague.

Sin embargo, cuando dos Signos se encuentran en Oposición, como es el caso de la Luna Llena, los Elementos que se relacionan, a pesar de ser opuestos, son Complementarios, es decir, se necesitan uno al otro. Por ejemplo, el Fuego está opuesto al Aire (Aries está en Oposición con Libra; Leo con Acuario y Sagitario con Géminis). ¿Qué ocurre cuando un fuego se ve privado de oxígeno (Aire)? Se extingue, se apaga. Es por ello que decimos que el Fuego, para su manifestación necesita el Elemento opuesto, el Aire.

Veamos cómo se aplica esta cuestión a la Oposición Tierra-Agua, Elementos que se encuentran activos con la Luna Llena de Navidad, dado que el Sol ocupa el Signo Cardinal de Tierra, Capricornio y la Luna, ocupa el Signo Cardinal de Agua, Cáncer.

En esta Oposición se mezclan la Tierra, cuyo significado espiritual es la "materialización de la energía", y por otro lado, el Agua, cuyo significado espiritual es el "potencial de las emociones y deseos". Es lógico pensar que la Tierra, necesita del Agua, para que todo florezca y aporte sus frutos, es decir, sin el potencial de las emociones no conseguiremos llevar a cabo nada a nivel práctico. De igual modo, sin la Tierra, el Agua no tendría un espacio donde existir; sin los límites que establece el espacio físico, ¿cómo podría conservarse el Agua?, o lo que es lo mismo, ¿sin el propósito de vivir la experiencia terrenal, no existiría el deseo, ni la emoción? ¡Guau...! Es para reflexionar.

Bien, nos trasladamos al 25 de Diciembre de 2015. Los Luminares en su danza celestial alcanzan la relación de Oposición y activan los Signos de Capricornio y Cáncer.

Capricornio es el Arquetipo Cósmico que nos enseña la experiencia propia protagonizada por un arquitecto, es decir, nos enseña a diseñar físicamente las verdades que nuestro Ser nos inspira desde el Cielo, esto es, desde nuestra personalidad espiritual (divina). Esto es así, dado que nuestra andadura comenzó bajo la tutela de Aries, representante de nuestro Yo Espiritual. Por lo tanto, Capricornio, nos invita a construir en la Tierra el modelo del Cielo o lo que es lo mismo, a construir una realidad basada en las Leyes de Dios.

En ese mismo eje de Fuerzas, nos encontramos, en el lado opuesto, a Cáncer. Este Arquetipo nos enseña a integrar el Ser Divino en nuestra naturaleza emocional, de modo que seamos capaces de sentir y amar a nuestro Yo Espiritual, nuestra verdadera y única condición. Cuando el Fuego-Yo Espiritual alcanza la puerta que nos conduce al descubrimiento de nuestra emocionalidad, se produce la visión de la individualidad. Mientras que nos encontramos en la dinámica del Fuego, el Ser se evidencia formando parte de la Unidad con su Creador. Cuando se produce el tránsito al Elemento Agua, atendiendo al proceso de aprendizaje de los Elementos Creadores, la visión de la Unidad se ve enturbiada con la visión de la individualidad. Este proceso es crítico pues, en su fase infantil de aprendizaje, ha llevado al Hijo de Dios a identificarse con la "separación", con la "dualidad". Sería largo de contar, pero cabe decir, que el tránsito del Alma por la dinámica del Agua ha quedado recogido en pasajes tan significativos como la división de los sexos, la expulsión del Paraíso y posteriormente, como el Diluvio Universal. En todos estos escenarios espirituales, se evidencia la misma verdad, la dificultad de integrar el Fuego con el Agua.

Por lo tanto, dicho lo dicho, la Luna Llena de Capricornio, nos sitúa ante uno de los acontecimientos espirituales más importantes que podemos recapitular anualmente. Lo que lo hace especial, en esta ocasión, es que se renueve el mismo día de Navidad, donde se celebra la Natividad del Mesías, del mensajero del Padre, del Liberador del Pecado y de la Culpa, del Cristo.

¿Qué nos anuncia este Evento Estelar? Nos anuncia que es la hora de hacer visible nuestro verdadero Ser: El Cristo.

Recuperar nuestra verdadera identidad, desde la misma puerta por donde se puso de manifiesto la "dualidad", desde el Arquetipo de Cáncer, nos llevará a re-conocer, el Ser que Somos: Hijos de Dios. 
Ese Cáncer-Deseo debe mirar a su Opuesto, a su Unidad -Capricornio- como la Tierra propicia donde descubrir que no somos un cuerpo físico, separados del resto de cuerpos, sino, que somos el Hijo de Dios y que cada hombre en la Tierra, es el rostro impecable, inocente y perfecto de Dios. Esa es la enseñanza que debe convertirse en una realidad en la Tierra de Capricornio. El mundo debe convertirse en la Nueva Jerusalem, de la que nos habla las Santas Escrituras. Para ello, tan solo debemos derramar nuestras Aguas Puras de Cáncer, esto es, nuestros sentimientos más elevados, en la Tierra fértil de miel y leche, representada por Capricornio, esto es, llevar a la experiencia nuestros valores espirituales, comenzando por el perdón, la piedra filosofal que ha de redimirnos de la creencia en el pecado y en el castigo.

No se te habrá pasado por alto, que el exceso de Agua, provoca inundaciones, impidiendo a la Tierra manifestar su potencial. Un defecto de Agua, provoca sequías, impidiendo a la Tierra hacer crecer sus riquezas. Tan solo el Amor bien expresado, logrará que nuestra Tierra de frutos en abundancia y consigamos que el Cielo se haga tangible en el mundo.

¡Feliz Luna Llena y Feliz Navidad!

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