lunes, 12 de noviembre de 2018

Hahaiah “Dios Refugio o la Integración de la Sombra”

“Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad”. Carl Gustav Jung.

La dinámica del Ángel Hahaiah, perteneciente al Coro de los Querubines, Ángeles especialistas en el manejo de la Fuerza del Amor, le lleva a expresar sus virtudes en el mundo tenebroso de Gueburah, donde se “instalan” las emociones más oscuras del ser humano. Su Programa, me ha suscitado una serie de reflexiones que me gustaría compartir con todos vosotros. Hablaremos de la polaridad Luz-Oscuridad; Consciente-Inconsciente y aportaremos una síntesis de los puntos de vista de autores como Carl Gustav Jung, Enric Corbera y Kabaleb sobre la vía que nos conduce a la integración de dichas polaridades.

Parábola del trigo y la cizaña

“Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”. Mateo 13, 24-30 

“Respondiendo Él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga”. Mateo 13, 37-43 (Reina-Valera1960).

La interpretación que da el texto sagrado sobre la “Parábola de la Cizaña”, puede ser re-interpretada y adaptada a aspectos de la psicología de ser humano. Se evidencia claramente la manifestación del aspecto dual que se manifiesta en la personalidad del ser. La buena semilla simboliza el aspecto inteligible de la Luz, de la Conciencia, mientras que la cizaña, hace referencia a la Oscuridad, al Inconsciente. Ambos aspectos forman la Unidad Integral del Ser.
La cuestión es ¿qué hacer con la mala semilla? ¿qué hacer con la oscuridad de nuestra personalidad? Jesús, el máximo representante del Amor Incondicional, de la Unidad, nos aconseja a través de la Parábola, que ambas semillas deben crecer juntas, es decir, nos está invitando a que integremos ambos rostros de nuestra personalidad.
Esta invitación no es bien comprendida por la gran mayoría de nosotros y cuando descubrimos un aspecto negativo de nuestro yo, lo rechazamos, temerosos de ser descubiertos y repudiados, y lo delegamos a nuestro inconsciente, donde irá creciendo y creciendo, tomando el aspecto de una “Sombra”, término que acuñó Carl Gustav Jung.

La Sombra

“Percibir la sombra es como mirarse en un espejo que nos muestra los recovecos de nuestro inconsciente personal, y, por lo tanto, aceptar la sombra es aceptar el ‘ser inferior’ que habita en nuestro interior”.

“Cuando un individuo hace un intento para ver su sombra, se da cuenta (y a veces se avergüenza) de cualidades e impulsos que niega en sí mismo, pero que puede ver claramente en otras personas, cosas tales como egotismo, pereza mental y sensiblería; fantasías, planes e intrigas irreales; negligencia y cobardía; apetito desordenado de dinero y posesiones…”.

La sombra sólo resulta peligrosa cuando no le prestamos la debida atención. (Carl Gustav Jung).

El primer arquetipo que debe ser integrado es lo que Jung denominó con el nombre de "sombra". Esto supone comenzar conscientemente el proceso de individuación reconociendo y vivenciando los contenidos de nuestro inconsciente personal. Percibir la sombra es como mirarse en un espejo que nos muestra los recovecos de nuestro inconsciente personal, y, por lo tanto, aceptar la sombra es aceptar el "ser inferior" que habita en nuestro interior.

La sombra que todavía no ha sido integrada en la conciencia origina multitud de proyecciones. La sombra proyectada es la causante de la gran mayoría de los actos cotidianos en los que la intercomunicación es obstruida por "ruidos" psíquicos. Acusamos a los demás de defectos que anidan en nuestro interior y que no nos gusta reconocerlos como tales.

El encuentro con la sombra implica una confrontación con uno mismo en el más amplio sentido de la palabra. Es decir, un encuentro con lo inconsciente, con aquella parte de la personalidad de la cual no siempre nos damos cuenta, pero que ejerce un efecto en nuestra vida que puede llegar a sorprendernos. En los sueños, en las imágenes que surgen en la mente, en la creación, en la intuición, en la obra de arte, en las experiencias que trascienden la realidad concreta, en los actos fallidos, en los lapsus de memoria, en los síntomas neuróticos se está manifestando esa parte de la psique.
De acuerdo con la psicología de C.G. Jung la sombra, está constituida por el conjunto de las frustraciones, experiencias vergonzosas, dolorosas, temores, inseguridades, rencor, agresividad que se alojan en lo inconsciente del ser humano formando un complejo, muchas veces, disociado de la consciencia. La sombra contiene todo lo negativo de la personalidad que el yo, que es el centro rector de la parte consciente, no está siempre en condiciones de asumir y que, por lo mismo, puede llegar a frenar la manifestación de nuestra auténtica forma de ser y de sentir.
En términos generales la sombra corresponde a la parte oscura del alma de todo ser humano. Expresado de otro modo podemos decir que, en esa parcela de lo inconsciente se reúnen todas las miserias humanas que atañen al individuo y a las colectividades; experiencias, sentimientos, imágenes, símbolos que pueden ser personales y universales.
La maldad, el egoísmo, la envidia, el ansia de dominio, de poder, la avidez por el dinero, los celos, la avaricia, la cursilería, holgazanería, presuntuosidad, indolencia, negligencia, la manipulación, la cobardía y muchos de nuestros miedos son emociones y sentimientos que no resulta fácil reconocer como componentes de nuestra personalidad.


Hahaiah” Dios Refugio” ¿Cómo tratar a nuestra Sombra?

En las leyes que Yavé dio a Moisés, se insiste una y otra vez en la necesidad de construir ciudades refugio a las que puedan acceder los individuos que han matado accidentalmente a un hombre para escapar a los vengadores de la sangre, a los que la ley de Binah da el derecho a vengarse. Allí el criminal escaparía de sus perseguidores, no sería entregado y podría permanecer en ellas hasta que se le hiciera un juicio justo. Si Jehová recomendaba la edificación de tales recintos, es porque en la dinámica interna también existen. Veamos cómo funcionan y para qué sirven.
Nuestra vasta geografía interna está formada por millares de "pueblos", constituidos por agrupaciones de tendencias afines, entre las cuales hay algunas que se expresan de forma destructora, porque su dinámica tiende a suprimir a las demás, a quitar la "vida" a tendencias hermanas, con las que han convivido hasta que un día se levantan para liquidarlas. Si dejamos que estas tendencias campen libremente por nuestro interior, corremos el riesgo de que actúen como Caín y devoren a las demás, convirtiéndonos progresivamente en una persona de una sola pieza, gobernada por un tirano que va adquiriendo fuerza dentro de nosotros y acaba dominándonos. Cuando esto sucede, esa tendencia destructora debe ser aislada, introducida en el cerco de una "ciudad refugio" de la que no pueda salir. Esta ciudad-refugio interna está constituida por un cerco energético, semejante a las murallas de nuestras ciudades que impide, por un lado que la tendencia destructora sea dañada y por otro que pueda seguir dañando. (Los Dioses Internos – Kabaleb)

Si queremos despertar, si queremos tener consciencia de quienes somos, tenemos que comenzar por indagar en la oscuridad de nuestro inconsciente, en lo que llamamos la  “Sombra”.

La solución es siempre la integración, la lucha contra mi espejo (mi sombra) siempre refuerza a esta y siempre perderé. “Lo que resistes, persiste”. La perdida es la enfermedad.

Un Curso de Milagros dice: “verás tu valía a través de los ojos de tu hermano, y cada uno será liberado cuando vea a su salvador en lugar donde antes pensó que había un agresor. Mediante esta liberación se libera el mundo. Este es el papel en la consecución de la paz.”

Lo que no hay que hacer es luchar contra el opuesto. Esta es la cosa más tonta que se puede hacer. La curación siempre es integración. La integración de los opuestos es lo que te da la fuerza necesaria para alcanzar cualquier cosa. Por eso la curación siempre es integrar, no separar. (Enric Corbera – La Vida es un espejo).

Los cuentos para niños suelen referirse a la lucha entre las fuerzas del bien -ejemplificadas por las hadas y las fuerzas del mal -representadas por espantosos demonios-. De este modo los niños suelen ser iniciados en el fenómeno de la sombra superando de manera vicaria las pruebas que deben afrontar sus héroes y sus heroínas, aprendiendo así las pautas universales del destino del ser humano. (Encuentro con la Sombra – Carl Gustav Jung y Otros).

En el artículo “Cuentos de Hadas, Astrología y Simbología: La Bella y la Bestia”, publicado en este Blog, tuve ocasión de describir lo siguiente:

¿Cuáles son las aportaciones de los Cuentos de Hadas?
         
  • Aportan importantes mensajes al consciente, preconsciente e inconsciente.
  • Hacen referencia a los problemas humanos universales que preocupan a la mente del niño que se encuentre en desarrollo.
  • Aportan una enseñanza moral (bien-mal).
  • Enseña que la lucha entre las serias dificultades de la vida es inestable, y que estas, cuando son afrontadas con valor, se llega a dominar y alcanzar la victoria.
  • Nos enseña sobre la polarización de la mente.
  • Ayuda a la comprensión y alienta el desarrollo de su personalidad.
  • Ayuda a conectar con el aspecto religioso de la vida.
  • Es terapéutico, encuentra las soluciones mediante la contemplación de la historia.
 En síntesis, los Cuentos de Hadas, son una vía de aprendizaje para integrar armoniosamente, las dos polaridades del Ser, su Conciencia y su Inconsciente. En el cuento la Bella y la Bestia, (http://nuevosarquetipos.blogspot.com.es/2013/01/cuentos-de-hadas-astrologia-y_16.html), la joven Bella, simboliza al Alma Humana deseosa de conocer la Fuerza del Amor (Luz). Pero esa conquista no será posible hasta que no aprenda a Amar a la parte más oscura de su Ser, la Sombra, representada por la Bestia.

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