sábado, 12 de marzo de 2016

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Transición Tierra-Fuego (IV)


APARICIÓN A LOS ONCE
14 Al fin, se manifestó a los once, estando recostados a la mesa y les reprendió su incredulidad y dureza de corazón, por cuanto no habían creído a los que le habían visto resucitado de entre los muertos.

Podríamos aplicar el refrán: “a la tercera va la vencida”, y con ello estaríamos, tan solo, aplicando las leyes naturales; esto es, el proceso de los ciclos, que como hemos ido viendo a lo largo de esta obra, la dinámica Vav, la correspondiente a la tercera Fuerza del Nombre Sagrado y Creador de Jehová, nos expresa la cristalización externa de las energías que se están gestando.

Jesús-Cristo reprende a los discípulos por una sencilla razón: han necesitado aprender de su nuevo estado por la vía del hombre viejo, por la vía de la experiencia, de la ciencia. “Si veo, creo, si no, todo lo pongo en duda y lo niego”.

El mensaje Crístico debe ser captado por otra puerta. En primer lugar, como hemos visto, se manifiesta directamente al alma humana redimida; es decir, cuando nuestro corazón ha sido capaz de dejar de mirar hacia el mundo material, para conquistar el espiritual; o lo que es lo mismo, cuando dejamos de ambicionar placeres mundanos y nos entregamos a amar con rectitud. En segundo lugar, cuando movilizamos nuestra voluntad-amor y nos ponemos en el camino, entonces, recibimos por vía interna la evidencia de la verdad, la evidencia del Maestro Interno que se revela en nuestra consciencia.

No obstante, si a pesar de todo no hemos sido capaces de creer que la Liberación del Plano de Acción es posible, tendremos una prueba tangible de ello, para que a partir de ese momento creamos. Ese encuentro definitivo que ha dado cuerpo al Arquetipo del Amor, se producirá cuando nos encontremos “recostados a la mesa”, es decir, cuando en verdad, deseemos ser Obreros del amor, y no tan solo, meros teorizantes de su filosofía.

Como bien se expresa en este penúltimo punto de la Obra de Marcos, son la dureza de nuestro corazón y nuestra incredulidad los dos aspectos que nos llevan a negar la Verdadera Existencia del Espíritu; es decir, son los aspectos de nuestros deseos y de nuestros pensamientos no sublimados, los que nos impiden encontrarnos con la Verdad.

Por lo tanto, debemos movilizarnos con todas nuestras energías, para que nuestro corazón sienta que es necesario que nos amemos positivamente, pues así, amaremos a los demás; que nuestro cerebro sea generoso y ensanche sus fronteras, pues su tendencia a la "mitificación", a establecer sentencias y cánones, estrechan la visión de la verdadera realidad.

Seamos como niños. Recuperemos la inocencia, la sinceridad, la espontaneidad, la generosidad, el afán de recibir amor, para corresponder a él con gestos de gratitud; el afán de aprender, la humildad y la sencillez, en definitiva, recuperemos nuestro origen paradisiaco, nuestra pureza primigenia, añadiéndole, eso sí, la sabiduría y la consciencia adquirida.


15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. 16 El que creyere y fuere bautizado, se salvará, más el que no creyere se condenará. 17 A los que creyeren les acompañarán estas señales: en mi nombre echarán los demonios, hablarán lenguas nuevas, 18 tomarán en las manos las serpientes, y si bebieren ponzoña, no les dañará; podrán las manos sobre los enfermos, y éstos se encontrarán bien.

La misión encomendada por Jesús-Cristo a los discípulos, a los Obreros del Amor, es PREDICAR. ¿Qué debemos entender con ello?

El término "predicar", significa arrojar luz sobre un tema en cuestión, lo que nos lleva a pensar en el Elemento Primordial, el Fuego, pues su función es iluminar. Recordemos que, en hebreo, la palabra que se traduce como fuego es la misma que se emplea para expresar luz, es el término AUR. Por lo tanto, la encomienda del Maestro, es que utilicemos la Nueva Luz que hemos hecho consciente en nuestro interior, y que la hagamos llegar a todo el mundo.

Astrológicamente, este Trabajo está expresado en el proceso de transición Virgo-Aries. De la muerte surge la vida. Se trata de una fase terminal de un gran ciclo, y el inicio de uno nuevo. Es necesario que, para movilizar el nuevo Propósito, la semilla sea sembrada. Nosotros, los discípulos del amor, debemos ser sembradores de esa semilla, debemos ofrecer Luz en un mundo que está necesitado de ella, pues así lo requiere la evolución.

Predicar... Predicar, pero no con teorías, sino con la consciencia, con la Luz, con el Principio Inteligible. Es la diferencia que existe entre el profeta del antiguo orden, que anunciaba lo que había de venir, pero cuyo comportamiento no estaba a la altura de lo anunciado; y el discípulo de Cristo, ha de expresar la Luz con su Verbo Creador, con todo el poder de su Consciencia.

A partir de esta “hora”, la Obra del Hijo del hombre está culminada. Se han detallado las pesas y medidas del Nuevo Templo que ha de albergar una Nueva Consciencia de la existencia y del verdadero Ser.

Los Planos han sido trazados y el itinerario descrito. Esa “nueva tierra” ha sido conquistada y la ruta queda a nuestra disposición, para que seamos capaces de recorrerla. Todo está por hacer. Quizás muchos de nosotros nos hayamos puesto ya en camino, y quizás estemos ya en condiciones de haber realizado importantes avances. Lo que sí es cierto, es que en esta aventura tendremos momentos álgidos y momentos desoladores, todo forma parte de los esquemas. Hasta que un día, en nuestro corazón se produzca una misteriosa y mágica conmoción. A partir de ese momento, todo adquirirá un nuevo color, un nuevo aroma, un nuevo tacto, un sentido nuevo, un diferente sabor: ¡Habremos encontrado la verdadera Esencia!

Es necesario creer y ser bautizado; es preciso que cambien nuestras creencias, que nuestra consciencia conozca y ame, pues si conoce las leyes, pero no ama, seremos como un frío intelectual que no se movilizará para contribuir a hacer más llevadera la carga del dolor que aguanta el mundo; y si amamos, sin respetar las leyes divinas, nos convertiremos en causa de trastornos y desequilibrios, nos convertiremos en células cancerígenas, que no siguen un orden armónico y que alteran el proceso de otros sistemas celulares.

Es preciso pues, que creamos y que recibamos el bautismo; es decir, que recibamos las aguas purificadoras de Hochmah; esto es, que integremos en nuestro cuerpo, en nuestras acciones, las energías del amor, del perdón, de la misericordia. Creer en la Liberación, ése es el primer paso que debemos dar en el proceso Iniciático del amor.

La Liberación, la resurrección, nos enseña que la personalidad con la que nos hemos identificado hasta ahora, no es nuestra verdadera realidad, tan solo es un envoltorio que utiliza el Ser Verdadero para desarrollar consciencia divina y creadora. Una vez realizada esa experiencia, la vida se manifiesta en planos de vibraciones más sutiles que los físicos. La eternidad es una realidad que debemos compartir. ¡Hagámoslo!
Si ponemos resistencia el cambio que debemos realizar en el proceso evolutivo en el que nos hallamos actualmente, estaremos condenándonos; es decir, estaremos contribuyendo al estancamiento de la consciencia.


Por el contrario, el creer, es decir, el haber integrado en la consciencia el nuevo Designio el ver la nueva Verdad, estará acompañado de un resultado, que se traduce en ser portador de cualidades anímicas y psíquicas, como el poder echar a los demonios, para ello, ha sido necesario dominar el Cuerpo de Deseos; el hablar lenguas nuevas, es decir, se consigue entender todos los idiomas, en la medida en que existe en nuestro interior un estado de unidad con todo lo creado. Esa filiación de consciencia, nos permitirá hablar todas las lenguas.

Igualmente, tomarán en sus manos las serpientes. El estudiante de esoterismo, sabrá describir este símbolo ancestral. La serpiente es el Arquetipo de la Sabiduría, y al mismo tiempo, del afán de saber que nos incita a la conquista del mundo material. El dominio conquistado sobre este plano, nos permite tomar entre nuestras manos ese impulso creador.


Otra de las cualidades que se adquiere en este proceso anímico, es el no quedar dañado a pesar de haber bebido ponzoña; es decir, alcanzado este punto del camino, ya ningún sentimiento externo, por muy negativo que sea, nos ensuciará, nos hará enfermar. Todos nuestros deseos han sido sublimados, y nuestra alma emocional ha recibido la purificación de los siete demonios peores. Si en lo sucesivo, nos mezclamos con el mundo de perdición, éste ya no podrá dañarnos, pues nuestra luz, irá ganando terreno hasta poner fin a la oscuridad.

Por último, nuestra conquista espiritual nos permitirá compartir con el mundo la paz, la armonía, la salud. Nuestras manos, la expresión de nuestras creencias, al contactar con los enfermos, hará que éstos reciban un aporte de Luz que les restituirá de su mal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario