domingo, 21 de marzo de 2021

Significado Espiritual del Equinoccio de Primavera


Trataremos de estudiar este tema desde dos puntos de vistas que, aunque aparentemente son diferentes y reñidos entre si, no cabe duda, se complementan el uno al otro. 

Científicamente hablando, recurriremos al conocimiento que nos aporta la Astronomía, la cual nos refiere, que entre los movimientos de los planetas, el más importante para nosotros es el del Sol, el cual, en su movimiento anual en torno a la Tierra, describe en el cielo un círculo máximo llamado "eclíptica" u "órbita solar''', cuyo plano corta el del Ecuador Celeste bajo un ángulo de inclinación (oblicuidad de la eclíptica). Como círculos máximos, la eclíptica y el Ecuador celeste se cortan en dos puntos distantes 180º, uno del otro.

El Sol llega en su órbita a uno de estos puntos a comienzo de la primavera, al otro, a comienzo del otoño. El primero de estos puntos es llamado "Equinoccio Vernal ó Punto Vernal', y el otro, "Equinoccio Otoñal ó Punto Otoñal”. 

Para poder comprender el significado astrológico del Equinoccio de Primavera, lo primero que debemos entender, es que la astrología emplea un lenguaje simbólico para crear una identificación del hombre - microcosmos -, con el universo-Dios – macrocosmos -.

Desde este punto de vista, diremos que la astrología es la primera ventana a través de la cual, el hombre pudo estudiar y ver su propio universo.

El hombre primitivo marcaba su ritmo diario, gracias a la presencia del Sol, en el día, y la Luna, en la noche. Estos astros ya tenían para él un poderoso significado. A través de la observación de los fenómenos astrales y sus repercusiones en la vida del hombre, éste desarrolló un conocimiento, una ciencia, una filosofía, que le permitió interpretar los ciclos o periodos celestes, para conocer mejor los ciclos o períodos humanos, los cuales han dado lugar a las Grandes Iniciaciones. 

"Como Arriba es Abajo y Viceversa”

“El Hombre ha sido creado a imagen y semejanza de su Creador”  

Partiendo de estos axiomas, diremos que nada en el Macrocosmos, ni en el Microcosmos, sucede al azar. La Ley de Causa-Efecto, nos enseña que toda semilla genera un fruto, por lo que cada movimiento planetario responde a la Voluntad Superior.

Astrológicamente, el Sol representa la energía básica de nuestro Ser, la Luz, la conciencia del individuo y la capacidad creadora. Es el centro motor que regula y organiza nuestra existencia. Es el eje central de nuestra vida. Cabalísticamente, el Sol representa los programas que debemos integrar en nuestra conciencia, gracias a los cuales avanzaremos evolutivamente. Igualmente nos indica, el nivel en el que debemos trabajar y enfocar nuestra voluntad. Es un Centro de Iniciación.

No es casual que sea este planeta el que determine los grandes cambios en la naturaleza, así como el ciclo vital día-noche. 

Dos hechos muy importantes han quedado grabados en la Memoria de la Naturaleza, como Arquetipos de Iniciación y que en la historia se han dado a conocer, como la Pascua Antigua, representada por Moisés y la liberación del Pueblo Elegido de Egipto, y la Pascua Cristiana, en la que se celebra todos los años, la muerte y resurrección de Cristo.  

La Pascua Antigua en la que los “Elegidos” quedaron salvos gracias a la sangre derramada del “Cordero–Aries”, simboliza, astrológicamente, el paso de una Era a otra, la de Tauro, en la que se adoraba al Becerro de Oro, para entrar en Aries, la Religión del Cordero, el Purificador y Redentor. Desde ese día, se convirtió en idolatría, para aquellos que se habían salvado por el Cordero, la adoración al Becerro, ya que las viejas religiones del Toro, habían sido invalidadas por la nueva Religión del Cordero. 

Esto ocurrió cuando el Sol, por Precesión de los Equinoccios(*), se encontraba a 7° de Aries, el Cristo vino al cuerpo físico de Jesús para hacer un nuevo testamento bajo el sello y símbolo místico del Pan y  el Agua de vida.

El Cordero debía dar paso a un nuevo impulso, quedando representado éste por las Aguas de Piscis. Es la Era Pisciana, la cual estamos abandonando en la actualidad. 

¿Por qué es tan importante ese tránsito o Precesión Solar por el signo de Aries – Equinoccio de Primavera? 

Ya hemos visto que representan dos pasajes de liberación: La salida de Egipto (Tauro) para entrar en la Tierra Prometida (Aries), y la Purificación de las almas humanas gracias a la muerte del Cristo y su liberación de los planos materiales.

Esta parte nos narra un proceso evolutivo, un sendero iniciático que todos debemos pasar, pues la vida del Maestro nos traza el camino que debemos recorrer para alcanzar el trono del Padre, nuestra verdadera Patria. 

¿Hay alguna relación entre la muerte del Salvador sobre la cruz en Pascua y la Vida – Energía, que se expresa tan pródigamente en  Primavera, cuando la naturaleza da comienzo a la vida de un nuevo año? 

Para poder contestar esta cuestión, establezcamos una relación entre las estaciones y el impulso Crístico.

En la -noche más oscura- del año, cuando la tierra duerme profundamente en manos del frío invierno, cuando las actividades materiales están adormecidas, una ola de energía espiritual nace en la Mística Navidad. Como una nube luminosa, ese impulso espiritual se cierne sobre el mundo; ¿quién no experimenta esa alegría interna, ese júbilo contagioso característico de estas fechas? Es el nacimiento de Cristo en el seno de nuestra tierra humana. 

¿Por qué Jesús nace en la "noche más oscura"? 

Esta noche está representada por Capricornio, signo que da vida al Elemento Tierra, donde la luz del Espíritu se encuentra tan alejada de su patria celestial -Aries- que se oscurece, olvidándose de su estirpe, es decir, se materializa y queda prisionero de todos los placeres que la materia le dispensa.

Es por ello, que este impulso espiritual traía una misión: salvar al mundo y dar su vida por el mundo.

Por necesidad, debe sacrificar -Capricornio- su Vida -Aries-, a fin de lograr el rejuvenecimiento de la naturaleza. Este sacrificio está totalmente consumado en el momento en que el Sol cruza su nodo Este -Pascual- en el Equinoccio de Primavera.

En la Primavera, la naturaleza experimenta un hecho notable, las pequeñas semillas en el seno de la madre tierra comienzan a germinar y brotar, con renovadoras fuerzas, en todas direcciones. Igualmente, el Fuego de Aries, genera un fuego interno que nos revive, nos impulsa a crear, a inseminar vida en el mundo que nos rodea. Generación y Multiplicación son las palabras claves. 

Para aquellos que trabajan conscientemente con las leyes Cósmicas, la Pascua tiene un gran significado, es la liberación anual del Espíritu Crístico de los estrechos confines de la tierra y su gozosa ascensión hasta su verdadero mundo-hogar. Se toma conciencia de que la verdadera patria se encuentra en el Reino del Padre, y se produce un abandono de nuestra personalidad arcaica, de los hábitos que nos mantienen prisionero de los falsos valores -período cuaresmal-, para dar paso a la verdadera personalidad, a nuestro Ego. La conciencia de los mundos espirituales puede alcanzarse en este período místico. 

¿Está la Humanidad siguiendo los  Patrones Cósmicos? ¿Estamos derramando nuestra Sangre-Deseos Purificados con el propósito  de aliviar la carga del prójimo? 

Verdad es que la gran mayoría de la humanidad, recorre la vida con ojos que no ven y oídos que no oyen, enfrascados en sus asuntos materiales, viviendo para la satisfacción de los sentidos, sin un adecuado entendimiento de los propósitos de la existencia. 

En definitiva, el Equinoccio de Primavera, la Pascua, marca la resurrección y liberación del Espíritu Crístico de los reinos inferiores, y esta liberación debería recordamos, que debemos mirar hacia el amanecer del día que nos libere, permanentemente, de las redes de la materia, del vehículo inferior -el cuerpo físico- y de la muerte, conjuntamente con todos nuestros hermanos en “cautiverio”, ya que ningún aspirante verdadero podría concebir una liberación que no incluya a todos los que están en igualdad de condición, a sus compañeros de ruta. 


(*) Los planos del ecuador terrestre y la eclíptica (el plano formado por la órbita de la Tierra) se cortan en una recta que señala la dirección del punto Aries o punto vernal. Es el punto en el que el Sol pasa del hemisferio sur al norte, cosa que ocurre hacia el 21 de marzo (iniciándose la primavera en el hemisferio norte y el otoño en el hemisferio sur).

Debido a la precesión de los equinoccios este punto retrocede 50,25” al año. Ahora el punto Aries no se halla en la constelación Aries (como cuando fue calculado por primera vez, hace por lo menos un par de miles de años) sino en su vecina Piscis.



1 comentario:

  1. una cosa...Jesus no nacio en abril. ese es mi comentario. Investiguen. no tiene nada que ver con la Pascua cristiana.

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