PLEGARIA
HARAHEL:
Dios que conoce todas las cosas.
Desde la salida del Sol hasta su ocaso ¡Que el nombre del Eterno sea loado!
Desde la salida del Sol hasta su ocaso ¡Que el nombre del Eterno sea loado!
que si por los méritos de mi pasado
haces que el oro descienda del cielo para mi,
me armes con el anhelo
de invertirlo en la promoción de tu Reino.
Dame, HARAHEL, un nivel de sabiduría
que me permita utilizar este oro
para que la vida en la tierra
sea más llevadera.
Dame el afán de servir,
dame el deseo de dar,
dame el empeño de ser el transmisor,
el administrador, el simple
agente entre tu Bondad
y las necesidades de los hombres.
HARAHEL exhorta:
Gracias a mi impulso, peregrino,
de los pechos de las mujeres mana leche abundante.
Yo soy aquel que fecunda,
aquel que da con largueza
los medios para que todo pueda reproducirse:
Las ideas, los sentimientos, los dictámenes de la voluntad,
el germen con el cual el hombre transmite la vida.
Invócame,
y tendrás en abundancia aquello que deseas,
si en el pasado has hecho lo necesario
para que la fruta de tu anhelo pueda caer del cielo.
Quiero encontrar en ti
los cuatro ríos del paraíso manando a tope,
para que mis riquezas puedan transitar por tu alma
hacia esa tierra estéril en que vive la humanidad.
Quiero que seas cauce y no lago
en el que fondeen los tesoros sin ninguna utilidad.
Realiza, sin perderte, la experiencia de la riqueza,
siendo una pieza útil en el engranaje cósmico
y no un tope contra el que se estrella lamentablemente
el designio divino.
(Plegarias y Exhortos de los 72 Genios de la Cábala - KABALEB)
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