viernes, 22 de enero de 2016

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Libra (VI)


LA CARIDAD HACIA LOS DISCÍPULOS

41 Pues el que os diere un vaso de agua en razón de discípulo de Cristo, os digo en verdad que no perderá su recompensa.

En la dinámica de Libra se vive una experiencia interactiva, es decir, buscamos y encontramos, damos y recibimos. Es por ello, que es importante aprender a recibir, pues en la medida en que valoramos lo que recibimos aprendemos a dar. Nadie desea recibir tinieblas, nadie desea recibir piedras. Por ello, cuando recibimos luz, cuando recibimos un vaso de agua en razón de que somos seguidores del Cristo, entonces debemos saber dar luz, debemos saber dar amor.

Este proceso interactivo, no tiene tan solo el efecto de dar y recibir a niveles individuales, sino que abarca un sentido más amplio. Dado que dar es amar, y dado que el amor esta preñado del espíritu universal, ese halo energético se extenderá y se irradiará a todos cuantos son demandantes de ese amor. Por lo tanto, cuando recibimos luz y la ponemos en circulación nuevamente, estaremos creando una conspiración de hijos de la Luz.

42 Y el que escandalizara a uno de estos pequeñuelos que creen, mejor sería que le echasen al cuello una muela asnal y le arrojasen al mar.

Todos, absolutamente todos, deberíamos tomar buena nota de este precepto. En verdad, que hemos construido una sociedad donde permanentemente estamos “escandalizando” a los “pequeñuelos que creen”, es decir, estamos influyendo negativamente sobre el mundo naciente de las ideas. Libra es ese “pequeñuelo” al que se refiere Jesús en el pasaje; nuestros intereses profanos, nuestros afanes materiales, son los que utilizan erróneamente el potencial naciente del pensamiento.

El miedo a perder lo que poseemos, unido al olvido de nuestro verdadero ser, nos ha llevado a educar a la mente con creencias que no permiten descubrir la verdad. La educación hoy en día está orientada hacia la consecución de metas de tipo materiales; el que no tiene estudios universitarios, títulos, másteres y un currículo inagotable en el campo del conocimiento, no logrará nada en la vida. Desde pequeños, nuestros padres nos inculcan esa búsqueda: ¡Hijo estudia, que en los estudios está tú futuro! Y nos lanzamos a la conquista de unas metas ilusorias, de las que nos han hablado durante años y años. En un abrir y cerrar de ojos nos encontramos formando parte de ese escuadrón de competidores que, como si de gladiadores se tratase, se combaten unos a otros para conseguir el mejor puesto, ser el número 1. Ese es el mundo de Libra que entre todos hemos construido. El hombre de hoy día no cree en lo verdadero, pues lo considera fruto de la fantasía, de algo metafísico y esotérico. Cuando una mente vislumbra un rayo de la nueva luz, inmediatamente nuestros escribas particulares lo critican, lo acusan, los “escandalizan”, impidiendo que pueda crecer con libertad.

Si no ponemos fin a esa idea germinal, mas vale que nos arrojen al mar con una muela asnal amarrada al cuello. Es en ese mar purificador donde deberíamos arrojar nuestras emociones caducas que impiden el nacimiento de las ideas. Esa muela asnal, es el peso de nuestra rigidez que nos convierte en animales de carga, incapaces de levantar nuestra cabeza debido a que el mundo material nos mantiene atados a él.

43 Si tu mano te escandaliza, córtatela; mejor te será entrar manco en la vida que con ambas manos ir a la gehenna, al fuego inextinguible, 44 donde ni el gusano muere ni el fuego se apaga. 45 Y si tu pie te escandaliza, córtatelo; mejor te es entrar en la vida cojo que con ambos pies ser arrojado en la gehenna, 46 donde ni el gusano muere ni el fuego se apaga. 47 Y si tu ojo te escandalizara, sácatelo; mejor te es entrar tuerto en el reino de Dios que con ambos ojos ser arrojado en la gehenna, 48 donde ni el gusano muere ni el fuego se apaga. 49 Porque todos han de ser salados al fuego. 50 Buena es la sal, pero si la sal se hace sosa, ¿con qué se sazonará? Tened sal en vosotros, viviendo en paz unos con otros.

Aquellos que se han acercado a las Enseñanzas de Cristo por la vía de la fe fanática, es decir, los que no han sabido discernir, ni asimilar el exceso de luz de la nueva consciencia, han interpretado este pasaje por su aspecto dramático, hasta tal punto, que cuando se sentían pecadores, cuando sus manos, sus pies o sus ojos les eran causa de pecado, el camino de la rectificación, de la purificación, les llevaba a seguir al pie de la letra las alegorías de Jesús.  Muchos han cortado sus manos y pies; muchos se han quedado tuertos por creer que la causa de su mal estaba en esos miembros, en su propio cuerpo.

Pero esto no es así, ese tipo de consciencia pertenecería al antiguo orden, a la ley del Talión: “ojo por ojo y diente por diente”. La causa de que las palabras del Maestro nos recuerden esa antigua ley, debemos verla en la influencia de Binah en los Trabajos del Elemento Aire, en las creencias. Ya sabemos que Binah en su manifestación es el Legislador, pero también hemos dicho, que esa capacidad legisladora se muestra de un modo muy distinto, cuando se expresa en el sentido involutivo o evolutivo. En su primera fase, la involutiva, la ley rigurosa se inscribe como algo necesario para el aprendizaje. Una vez que tomamos consciencia de la Ley, esta pasa a formar parte de nuestro Yo, y no necesitamos de su manifestación externa. Esa ley se convierte en la capacidad de rectificación, de comprensión, que nos lleva a través del arrepentimiento, al perdón.

Tenemos pues dos caminos a elegir cuando las acciones de nuestros vehículos nos llevan a obrar contrariamente a la Ley: bien rectificamos la Causa, es decir, cortamos parte de ese miembro, con lo cual estaremos poniendo fin al error en la presente vida, o bien, continuamos con el miembro enfermo, es decir, seguimos obrando mal y esperamos a tomar consciencia cuando pasemos al Mundo del Deseo tras haber abandonado con la muerte el Mundo Físico. Es en ese Mundo del Deseo, en las regiones purgatoriales, en la gehenna, donde los gusanos nunca mueren y el fuego purificador no se apaga. Esos gusanos son los que ponen fin a las energías negativas, son los que despiertan la consciencia, y ese fuego, es el que nos revela la Luz.

Es cierto, que todos nosotros debemos ser salados al fuego, porque buena es la sal.

Una ve más Jesús nos revela que posee conocimientos de cábala, de alquimia. La sal está en correspondencia con el Séfira Binah, mientras que el Fuego-Kether lo está con el Azufre y el Agua-Hochmah, lo está con el Mercurio. Las propiedades de la sal se utilizan en la cocina para dar sabor a los alimentos, o utilizando otros términos, para dar sentido a la vida. El conocimiento, el saber, es la propiedad anímica que nos permite actuar como la sal. Este elemento se encuentra en grandes cantidades en el Mar. Ya sabemos que ese mar es Piscis, y conocemos la regencia de Binah sobre este signo (Vav). La sal debe ser comprendida como la propiedad del pensamiento, de la Inteligencia. “La sal es buena”, nos dice Jesús, indicándonos que la comprensión de la verdad nos llevará a actuar correctamente.

Muchas relaciones entre nuevos vecinos han comenzado con la petición de una pizca de sal. Sal-pensamiento-relación-verdad-paz, son conceptos análogos. Todos ellos nos llevan a la comprensión del mismo principio: la Unidad, y esta es, en resumen, el Trabajo de Libra.

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