martes, 19 de enero de 2016

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Libra (III)

SEGUNDA PREDICCION DE LA MUERTE DE JESÚS

30 Saliendo de allí, atravesaban de largo la Galilea y no querían que nadie lo supiera. 31 Porque iba enseñando a sus discípulos, y les decía: El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres y le darán muerte, y muerto, resucitará al cabo de tres días 32 Y ellos no entendían esas cosas, pero temían preguntarle.

La Obra de Jesús-Cristo en el Plano de Formación, esto es, en el intelectual, le lleva a enseñar, a explicar, a dar a conocer su misión. El Aire-Pensamiento debe saber cuál es el propósito y cuál es la meta, pues de lo contrario, nos convertiremos en una “generación incrédula”, ignorante, incapaz de comprender el designio de nuestro Yo Superior, de comprender cuál es la Voluntad de Dios, y por lo tanto la incapacidad de colaborar en su cumplimiento. El pensamiento, se encuentra muy unido a los actos. Hemos llegado a afirmar, que cada uno actúa según piensa. Es cierta esta aseveración. El Aire da lugar a la Tierra, y de esta estrecha relación, deducimos que es importante que sepamos lo que tenemos que hacer.

Los Obreros del Maestro, los discípulos, temen preguntar, temen conocer la verdad. Estar junto a Jesús no es suficiente para conocer, es necesario que nos convirtamos nosotros mismos en Jesús, y para ello, debemos tener el valor suficiente para oír su palabra, su mensaje.

El comportamiento de los discípulos es en verdad el comportamiento que sigue la humanidad cuando se encuentra en su camino algo especial y valioso. Pensar en su pérdida nos da miedo. Preferimos no preguntar, pues la verdad nos hará daño. El pensamiento debe llevarnos a la comprensión del Trabajo final del Amor. Debe enseñarnos que Jesús debe morir en manos de los hombres, y una vez muerto, resucitar al cabo de tres días.

El amor debe morir por los hombres; nuestro amor debe desprenderse de nosotros, no podemos ser sus poseedores, para ser depositado en los demás. Cuando haya penetrado en ellos, irá creciendo como una semilla, y al igual que esta, dará sus frutos al tercer día, en la fase Vav, es decir, resucitará. Esos hombres que recibieron la semilla de nuestro amor, darán frutos de amor.

A nivel colectivo, la humanidad recibió la muerte de ese amor, como una semilla. Durante estos dos milenios, la semilla ha ido echando raíces, y en el tercer milenio, ya se están viendo los primeros brotes que no tardarán en dar sus frutos.

Como discípulos del amor, debemos estar siempre dispuestos para preguntar; debemos superar ese miedo a perder lo que más amamos, pues el mensaje nos anuncia su resurrección.¡Creamos en ello!

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