jueves, 14 de enero de 2016

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Transición Agua-Aire (V)

CONFESION DE PEDRO

27 Iba Jesús, con sus discípulos a las aldeas de Cesárea de Filipo, y en el camino les preguntó: ¿Quién dicen los hombres que soy yo? 28 Ellos le respondieron diciendo: Unos, que Juan Bautista; otros, que Elías, y otros, que uno de los profetas. 29 Él les preguntó: Y vosotros ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Pedro, le dijo: Tú eres el Mesías. 30 Y les encargó que a nadie dijeran esto de Él.

Podríamos preguntarnos por pura lógica, por qué Jesús, preguntaba en ese momento una cuestión, que sin duda todos podríamos pensar que esta fuera de lugar. ¿Cómo sus discípulos no iban a saber quién era Él? Sería más inteligente haberlo preguntado al comienzo de su andadura con ellos, pero ahora que nos encontramos a mitad del recorrido, ¿qué sentido tiene esta cuestión?

La respuesta debemos buscarla en las características de las energías con las que vamos a dar comienzo los nuevos Trabajos. El Aire es la fuerza del pensamiento, del conocimiento, por ello, para poder entrar en ese nivel de aprendizaje, es preciso que sepamos, que comprendamos, que reconozcamos la verdadera identidad de la consciencia en la que estamos trabajando. Se trata de un acertijo que tendrá como premio el poder adentrarse en el nuevo Elemento.

Fijémonos que les pregunta por la opinión de los hombres sobre quién es Él. Esos hombres están representando las viejas consciencias, el Plano Material, la personalidad profana. Mientras que estos aún le identifican con un personaje del pasado, sus discípulos sí saben contestar a esta cuestión, pero entre todos sería Pedro, quien daría la respuesta.

Pedro-Capricornio, es la voz de la verdad hecha testimonio. Podemos decir que fue él, pues son las obras de amor realizadas por Jesús, las que les ha dado motivo para conocer su verdadera identidad. Cuando abordemos la conquista de la verdad por vía mental, preguntémonos, ¿cuál es la identidad de esa energía? Ojala, la respuesta que demos esté basada en el fruto obtenido de las acciones protagonizadas por nuestro amor, pues si es así, diremos: Tú eres el Mesías.

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