martes, 12 de enero de 2016

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Transición Agua-Aire (III)


LA LEVADURA DE LOS FARISEOS

14 Se olvidaron de tomar consigo panes, de modo que no tenían en la barca sino un pan. 15 Y les amonestaba, diciendo: Mirad de guardaos del fermento de los fariseos y del fermento de Herodes. 16 Ellos iban discurriendo entre si que era por no tener panes, 17 y, conociéndolos Él, les dijo: ¿Qué caviláis de que no tenéis panes? ¿Aún no entendéis ni caéis en la cuenta? ¿Tenéis vuestro corazón embotado? 18 ¿Teniendo ojos no veis y teniendo oídos no oís? ¿Ya no os acordáis de cuando partí los cinco panes a los cinco mil hombres y cuantos cestos llenos de sobra recogisteis? 19 Dijeronle: Doce. 20 Cuando los siete a los cuatro mil, ¿Cuántos cestos llenos de mendrugos recogisteis? Y le dijeron: Siete. 21 Y le dijo: Pues ¿aún no caéis en la cuenta?

Ocurre frecuentemente, que olvidamos tomar los panes con los que hemos de alimentarnos y alimentar a los demás. Perdemos con suma facilidad la consciencia de lo que tenemos y de lo que somos. No de lo que tenemos a titulo de posesiones materiales, me estoy refiriendo a lo que ha formado parte de nuestra consciencia.

Hoy nos sentimos pletóricos, felices, profundamente animados, dispuestos a realizar grandes obras, pues tal vez hemos participado en un banquete donde un ser de luz nos ha abierto las puertas de la verdad. Pero al finalizar la jornada, cuando nuestro Cuerpo Emocional, completamente saciado y repleto de amor, siente nuevamente hambre y no se encuentra a nuestro lado ese Ser de Luz, entonces nos olvidamos de Él y seguimos alimentándonos de los viejos alimentos y placeres que nos mantienen presos de la oscuridad.

Puedo testimoniar de ello, porque lo he vivido, lo he experimentado. Cuando he “estado” junto a Jesús, cuando me he sentido pletórico de amor, y he oído su voz diciéndome: ¿cuántos panes tienes?, y mi respuesta me ha hecho consciente del poder que permanece dormido en mi interior, he podido servir a la luz con ese alimento. Pero reconozco, que cuando me he dirigido a otras tierras, cuando me he enfrentado a la sociedad, cuando he salido al exterior, he olvidado tomar esos panes, es decir, he olvidado las obras con las que he cultivado esos campos de trigo.

Jesús, nos aconseja que nos guardemos de los fermentos de los fariseos y del fermento de Herodes, es decir, de los frutos de la fría razón y de la seductora materia. Ahora que nos acercamos al Plano de Formación, a la Región del Elemento Aire, el amor nos pone sobre aviso para que no olvidemos alimentarnos del fermento que Él nos ha dispuesto.

En el pasaje, Jesús se remonta a los Trabajos anteriores, cuando logró despertar la consciencia a la dinámica de Escorpio y de Piscis. Con ello, lo que está indicando, es que recuperemos nuestras capacidades anímicas conquistadas y actuemos utilizando el saber adquirido.

Cuando nos enfrentemos a la necesidad de compartir nuestro pan con los demás, no actuemos egoístamente; no olvidemos dar lo que tenemos, esa riqueza que forma parte de nuestra consciencia, y que nos permitirá afrontar el nuevo reto con éxito.

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