sábado, 9 de enero de 2016

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Piscis (IV)


VUELTA HACIA GALILEA

31 Saliendo de nuevo de los confines de Tiro, se fue por Sidón hacia el mar de Galilea, atravesando los confines de la Decápolis.

En este pasaje, Jesús-Amor afronta la última parte de la travesía por las Aguas de Piscis. Sale de Tiro y se dirige hacia el mar de Galilea, atravesando los confines, los límites de la Decápolis, es decir, culminando sus Trabajos en cada uno de los Diez Séfiras, las diez ciudades divinas.

32 Le llevaron un sordo y tartamudo, rogándole que le impusiera las manos, 33 y tomándole aparte de la turba metiole los dedos en los oídos y escupiendo, le tocó la lengua, 34 y mirando al cielo, suspiró y dijo: "Efeta", que quiere decir "ábrete"; 35 y se abrieron sus oídos y se le soltó la lengua hasta hablar correctamente.

No podría ser de otra manera. La penetración del amor en la morada de Piscis, cuando alcanza su ciclo de aprendizaje, nos permitirá realizar grandes obras, entre las que se encuentran principalmente, el hacer que los sordos, oigan y los tartamudos hablen correctamente.

¿Quién es ese hombre sordo y tartamudo?

En primer lugar, diremos que, al tratarse de un representante masculino, se está refiriendo a la voluntad, al impulso activo que nos lleva a iniciar las empresas. Esa voluntad está sorda y tartamudea; lo que nos revela, que no ha sabido prestar su capacidad auditiva para oír; o lo que es lo mismo, su voluntad no ha sabido tomar consciencia del nuevo impulso que ha de movilizarse. Ha tenido la oportunidad de oír, pero no lo ha hecho, lo que le ha llevado a la condición de estar sordo. Igualmente, su palabra no es fluida, sino que tartamudea, con lo cual imposibilita la comprensión del que escucha. Debemos ver en esta dificultad expresiva, una mala canalización de los deseos en la dinámica exteriorizadora, es decir, no derramamos correctamente nuestro amor sobre el mundo, y nuestras emociones salen por nuestra boca enturbiando la comprensión de nuestras palabras, que se hacen incomprensibles. Los psicólogos encuentran la causa de la tartamudez en trastornos emocionales, en complejos profundos de la naturaleza emocional, cuando descartan traumatismos físicos. Esta visión está confirmando lo que decíamos anteriormente, cuando nos referíamos a la represión de los deseos. Debemos liberar los sentimientos; dejar que se manifiesten con total libertad, pues al convertirlos en obras, de sus resultados extraeremos la consciencia que nos revelará si debemos seguir en esa línea o por el contrario debemos tomar otro camino.

Para dejar de tartamudear, debemos depositar la saliva de Jesús-Amor en nuestra lengua. Hagamos que nuestros deseos se expresen en términos de amor y nuestra lengua hablará de nuevo correctamente.

De este punto podemos extraer conclusiones de mucho interés, como por ejemplo es, reconocer en los demás, el nivel de su consciencia emotiva, dependiendo de su capacidad de fluidez en la palabra, así como del estado de sus oídos. Yo he tenido la oportunidad de comprobar por propia experiencia, y además por la observación de otros compañeros, cómo mi estado anímico contribuye en la fluidez de las palabras cuando se trata de comunicarme con los demás. En los momentos de congestión emocional, bien sea por causa de ira, soberbia, vanidad o celos, mis labios tenían dificultad para expresar los sentimientos en forma de palabras. En cambio, cuando disfruto de paz interior y mi corazón se funde con el corazón de los demás hombres, entonces, mis labios se convierten en el canal por el cual se exteriorizan conceptos muy claros y llenos de calor humano, así como de poder para despertar las consciencias.

Es una experiencia que todos habrán de vivir para comprender qué uso estamos haciendo de nuestra naturaleza Piscis.

36 Les encargó que no lo dijesen a nadie, pero cuanto más se lo encargaba, mucho más lo publicaban, 37 Y sobremanera se admiraban diciendo: Todo lo ha hecho bien, a los sordos hace oír y a los mudos hablar.

No debemos olvidar que Jesús está transitando por el Elemento Agua, el que representa el mundo interno. Aún no ha llegado la hora, ni el momento para darse a conocer públicamente. Es por ello que aconseja a las tendencias emocionales, a los deseos, que no lo publiquen. Pero todo es vano, las emociones-Agua, y lo público-Tierra, son colaboradores, y serán los deseos los que se encarguen de dar a conocer la Obra del Amor.


Caer en la tentación de seguir a Jesús, tan sólo por los milagros que realiza, no es el propósito, pues los sentimientos suelen ser muy inestables para mantenerse fieles a la verdad. Pero es tanta la admiración que sienten por el Amor, que no pueden dejar de quedar presos de la admiración, pues el amor lo hace todo bien: los sordos, oyen y los mudos, hablan.

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