miércoles, 27 de julio de 2016

Cuento para Nithael: "La derrota de los usurpadores"

Tras la muerte del Gran Soberano Axis, el reino de Netzaliah quedó sin sucesor, pues su hijo Nithael único y legítimo heredero a la corona, no había alcanzado aún la mayoría de edad para gobernar.

Aquella situación dejó el trono sin gobernante y eran muchos los que ambicionaban ocuparlo. Entre estos se encontraban sus tres primos, que siempre habían deseado el poder y que como buitres festejaban la muerte de su tío el Soberano Axis, pues pronto, muy pronto esperaban devorar la “pieza” que su amadísimo tío les había ofrecido en bandeja.

Lu, Ci y Fer, ni tan siquiera conocieron al monarca Axis y menos aún a su primo Nithael. Habían vivido durante todo ese tiempo en las tierras pantanosas, donde las fuerzas del mal se daban cita para protegerse de la luz, su mortal enemigo.

Los tres hermanos competían para ser el más malo, y en esos momentos estaban de nuevo apostando.
  • Os demostraré que yo soy mucho más malo que vosotros -dijo Lu a sus hermanos -.
  • Te equivocas Lu, pues seré yo quien os demuestre que aún no ha nacido quien sea más malo que yo -le respondió Ci-.
  • Ambos estáis en un grave error, vuestra maldad comparada con la mía es cosa de risa. Yo os demostraré quién es el más malo -añadió Fer-.
De este modo los tres diabólicos hermanos comenzaron a fraguar un maléfico plan. Habían decidido hacerse con el trono de Netzaliah y para conseguirlo debían hacer desaparecer al legítimo heredero, al joven Nithael.

Con ese propósito los tres traidores solicitaron ser recibido por su primo, pues deseaban hacerle llegar su más respetuoso pésame. Nithael tras consultar con sus Consejeros, accedió a recibirlos.

Lu, Ci y Fer, que dominaban el arte de embaucar y engañar representaron un magnifico papel que conmovió el corazón del príncipe. Viendo el dolor que les afligía, Nithael les pidió que se quedasen unos días en palacio haciéndole compañía.

El plan se estaba cumpliendo como ellos tenían pensado, y ahora tendrían la oportunidad de ganar la confianza del ingenuo de su primo, y eso era lo único que esperaban para poder culminarlo.

Dos días fueron suficientes para que Nithael cayera en la trampa. Acababa de quedar con sus primos para salir de cacería al bosque. Le hizo tanta ilusión que no pensó en el peligro que le acechaba.

Lu, Ci y Fer, aprovecharon ese momento para deshacerse de él. Un golpe seco en la cabeza le hizo rodar por el suelo. No fijándose de que estuviese muerto, aquellos tres asesinos lo tiraron por un abismo. Así quedaron tranquilos.
A su vuelta, contaron a todos el terrible accidente sufrido por su primo y todos les creyeron. Tan sólo faltaba guardar un tiempo prudente de luto y el trono sería suyo.

Pero el destino es muy sabio y aquello que aparece inscrito en él no podrá arrebatárnoslo tan sencillamente nadie, y eso fue lo que le ocurrió a los tres malhechores. Aquel trono no les pertenecía, pues no estaba escrito así en las Estrellas.

Sin embargo, Nithael sí era el elegido y tras pasar tres largos años mendigando por reinos desconocidos, cierto día, un gran sabio le reveló su destino.

Nithael que era ya mayor de edad, volvió a Netzaliah y reclamó su derecho real. El pueblo ante aquella evidencia le respaldó y decidieron echar del reino a los tres hermanos que llevaban ya tres años discutiendo quién era el más malo.

En Netzaliah no tendrían más la oportunidad de demostrarlo.

Fin

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