sábado, 10 de abril de 2021

Astrología Cabalística: "Las Casas Terrestres - Casa VIII"


CASA VIII


Advertíamos al estudiar el signo de Escorpio, que el elemento Agua -la energía emocional- alcazaba su nivel de interiorización, llevando al individuo a vivir en la "oscuridad" de su naturaleza interna, con el propósito de descubrir en sí mismo el poder creador del Elemento líquido. Esta disposición, es adoptada por la Casa VIII. La dinámica He-He (por tratarse de la 2ª Casa de Agua), nos pondrá en contacto con el caudal emocional que hemos acumulado a lo largo de nuestras vidas pasadas, así como la disposición actual para los trabajos de interiorización de la naturaleza emocional.

Recordemos una vez más, las circunstancias acontecidas en el 2º Día de la Creación, cuando el Trabajo Divino consistió en amoldar la energía Agua-Deseo. La división da lugar a diferentes niveles de emoción: las superiores y las inferiores.

Cuando analizábamos la Casa IV, hacíamos referencia a esto mismo con el propósito de conocer cuál era la "puerta" por donde el hombre se adentrará al mundo dividido. Si por el canal IV hemos abierto nuestro manantial de Aguas-sentimientos puros, entonces esas Aguas buscarán un cauce tranquilo y fecundador al paso por las "tierras" de la VIII, dando lugar a una naturaleza emotiva pletórica, exuberante y rica, la cual nos llevará a experimentar internamente un vivificante placer y una gratificante sensación de bienestar.

Cuando nuestros sentimientos y deseos se han desplegados por el canal IV con el propósito verdadero de "imitar" al creador, podemos esperar que ese amor manifestado, lo encontraremos ahora en "negativo", es decir, seremos beneficiario del amor divino, y nuestro trabajo espiritual nos permitirá estar en contacto con los seres superiores, los cuales nos protegerán y nos envolverán con su amor. De ésta se deduce, que una de las interpretaciones que debemos conocer de esta Casa, es la importante relación que se establece a niveles emocionales-astrales entre el individuo y las Jerarquías que evolucionan en estos planos. No olvidemos, que la dinámica de la Fuerza He, se manifiesta como "circunstancias providenciales" que se ponen al servicio para conseguir que el propósito emanado por nuestra voluntad en la fase Yod, se haga realidad. Por tanto es lógico pensar, que si por la Casa IV hemos amado al mundo sin pasiones, a través de la VIII, recibiremos esa calidad emocional como respuesta.

Ahora bien, no debemos olvidar que el Elemento Agua es el Elemento rebelde, y si ya en los niveles superiores, en los Trabajos Divinos, su dominio fue difícil, a niveles inferiores, es decir, en nuestro nivel humano, dominar las emociones se ha convertido en el caballo de batalla, en la vía de perdición, en la puerta del abismo.

Debemos tan sólo meditar sobre el comportamiento humano desde que existen referencias históricas, para comprender que no hemos sido "ángeles". Por lo tanto, no podemos descartar que las Aguas que riegan nuestras "tierras internas", sean Aguas sucias, contaminadas, no muy diferentes a las que encontramos hoy en nuestros ríos. Nuestro estancamiento en este Elemento, favorecerá la putrefacción de nuestras emociones, las cuales nos llevarán a querer vivir tan sólo del placer y del goce, sin haber realizado previamente esfuerzo alguno que haga merecerlo.

Si nuestros deseos han puesto en circulación energías emotivas de baja calidad por la puerta de la Casa IV, ahora suscitaremos el amor de los "demás" que nos invitarán muy sutilmente a que saciemos nuestra sed con esas Aguas corrompidas. Se tratará de amores egoístas, que nos buscarán sólo en lo superficial, en lo sexual, en lo que haya en nosotros de poderoso.

Igualmente podremos tratar de averiguar cuál será nuestra relación con los planos internos. Tal vez encontremos por ese canal, todos los clichés emanados en Casa IV, en espera de ser satisfechos y alimentados. Es por ello, que esta Casa se convierte en el sector de los placeres ocultos y secretos.

Otra de las expresiones que hemos estudiado en relación con el Elemento Agua, es la capacidad creadora. En este sentido, la Casa VIII en su calidad de doble He, aparece como la "tierra" fértil donde esos trabajos de creación se llevarán a cabo. En verdad, la raíz primordial del arquetipo creador está bajo la regencia del Séfira Hochmah y de la Fuerza He del ciclo creativo. Siendo esto así, si observamos el orden cósmico de los Elementos y extraemos los signos que quedan bajo su dinámica, veremos que el Principio del Propósito creador está en Leo, signo que podríamos decir, alberga el Designio Divino de Crear. Sin embargo, Leo, es un Yod por Elemento, por lo que hablábamos de él, como la semilla que ha de movilizar nuestra voluntad para desarrollar la tarea creadora. En cambio, Escorpio, es un doble He, donde Hochmah ejerce doble influencia, y donde el hombre siente que debe crear. Esta es la razón por la cual, en Escorpio, en la Casa VIII, encontraremos información de nuestra actitud hacia las tareas generadoras.

Como hemos ido viendo a lo largo de este punto, los trabajos del sector VIII, dependen mucho de los trabajos de la Casa IV. En efecto, si por este sector hemos sido sensibles al amor y este sentimiento nos ha llevado a desear dar vida, a proteger al mundo, como una madre protege a su hijo, cuando pasemos a la Casa VIII, recibiremos como "recompensa" una tierra fértil -seminal u ovular- que nos permitirá engendrar la creación en nuestro interior.

¿Hay experiencia más gratificante, más hermosa, más elevada?

Cuando miramos al mundo y vemos que existe, cada vez con más frecuencia, un rechazo por generar vida, no podemos evitar el reconocer, que nuestras Aguas no son todo lo pura que quisiéramos.

Estamos llamados a ser Dioses Creadores, y sin la experiencia de Escorpio y Casa VIII, difícilmente podremos adquirir los conocimientos necesarios para llegar a serlo.

Como respuesta a nuestro rechazo por engendrar vida, en la Casa VIII, podremos encontrar las dificultades que viviremos para tener descendencia.

Otra de las respuestas que recibiremos de la Casa en estudio, está relacionada con el afán de pureza y regeneración manifestada a través de la IV. En un sentimiento de elevación, desearemos liberarnos de los apegos a lo terrenal. En su última consecuencia, este deseo transmutador, genera una circunstancia "liberadora", la muerte. En este sentido, debemos conocer, que la Casa VIII, nos habla de la transformación en su sentido más amplio, y de la muerte, como experiencia liberadora del Cuerpo Físico. Conociendo esta información, debemos buscar en el sector VIII, la cultura de la muerte que posee el individuo, así como todo lo relacionado con los detalles que se darán en el momento del tránsito a los planos más sutiles.

Por último, debemos analizar otro de los significados más tratados en relación a la Casa VIII, el del inconsciente, y muy especialmente el inconsciente individual. No podría ser de otra forma, si entendemos, que el Agua es la fuente del abismo, de la oscuridad, de lo interno, de lo profundo, de lo que está por debajo de la conciencia-luz, es decir, el Agua, es el inconsciente, donde se acumula un gran poder oculto, el del espíritu.

Podríamos decir, que en la Casa VIII, existe una viva vida interior. Ocurren cosas, tenemos sentimientos que fluyen desde lo más profundo y tratarán de gobernar nuestras vidas. En este canal encontraremos el rumbo elegido por nuestros deseos, pero como una voz interior, seductora, que nos invita a seguir satisfaciéndolos. Pueden ser complejos, motivados por las inhibiciones y los prejuicios, los que afloren por ese sector, y será viviendo internamente en él, que descubriremos las Causas que nos han llevado a tales estados psíquicos.

En definitiva, este sector aparece como una "tierra" de regeneración y transformación.

Concretizando los valores expuestos en este punto, este sector adquiere los siguientes significados:
  • Ansiedad; temor; miedo producido por la experiencia de la muerte.
  • Regeneración de imágenes de deseos que son la memoria oculta de reacciones a experiencias de relación en la encarnación pasada.
  • Expresión de nuestros deseos; conservación y mantenimiento propio.
  • Obsesiones de toda clase.
  • Poder sobre materiales y personas.
  • Satisfacción sexual y posesividad mutua de dos personas entre sí.
  • Propiedad y prestigio ante el mundo: fama y renombre.
  • Los sueños como medio regenerador.
  • Los legados. Financias del compañero, de los demás.
  • Habilidades ocultas ó facultades latentes listas para su manifestación.
  • Inconsciente personal. Elementos que han sido reprimidos, olvidados ó percibidos subliminalmente.
  • Formación de complejos. Psicoanálisis.
  • Ánimus/anima. Sombra del contenido personal.
  • Transformación y regeneración a través de la ampliación del punto de vista.
  • Necesidad de hallar seguridad emocional y anímica.
  • Anhelo de estado de paz emocional.
  • Anatomía: sistema urinario y generativo.

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