martes, 5 de julio de 2016

Plegaria y Exhorto de Yehuiah


PLEGARIA

YEHUIAH: Dios que conoce todas las cosas.
El Eterno conoce el pensamiento del hombre y sabe de su vanidad.

YEHUIAH, Señor, he recorrido un largo camino del lado de la ley;
he sido tu instrumento y me has manipulado a placer.
Si es tu voluntad el que ahora conozca
la perversidad de tu reino,
vela desde lo alto, YEHUIAH,
para que aprenda las lecciones que debo asimilar
y no me extralimite en las atribuciones maléficas
de que me has dotado.
Quiero moverme en el límite
de tus exactos designios;
quiero que mi incursión en la columna de las tinieblas
sea un episodio, un interludio, un intermezzo, una distracción
en la gran ópera de mi existencia.
Y una vez aprendidas las lecciones
que tu voluntad me ha asignado,
pido tu ayuda, Señor, para que pueda volver
a la columna de la luz y, ya en ella,
pasar al pilar del centro,
a fin de ser fundamento y base
de tu esplendoroso universo.

YEHUIAH exhorta:

No estabas acostumbrado, peregrino,
a moverte entre traidores,
entre los que maquinan, los que conspiran, los que derrocan.
Instalado en tu plaza fuerte del Bien,
te veías halagado estimado, festejado
por la tierra y por el cielo.
¿Conservarás ahora tus virtudes?
¿Serás el ejemplo, peregrino, en esta sociedad
en la que te he colocado?
Esa es tu prueba y desde lo alto contemplo tus tejes
y manejes.
Alrededor de ti nada es sólido,
porque una de las propiedades del Mal
es la de destruirse constantemente a sí mismo.
En esas arenas movedizas,
¿establecerás tu felicidad, tu mansión, tu célula familiar y social,
como hacías antaño,
cuando laborabas en las esferas de la legalidad?
¿o por el contrario marcharás errante
en busca de la justicia perdida?
Si alzas la cabeza hacia arriba
sabrás que todo es un juego.
Un juego reservado a los que, como tú,
se encuentran en la última singladura humana,
antes de conquistar la inmortalidad.
Desde lo alto te contemplo, peregrino,
con inmenso amor, con inmensa ternura;
con el alma divina en vilo, esperando, esperando...
que no te identifiques con ese esplendoroso
Océano de tinieblas.


(Plegarias y Exhortos de los 72 Genios de la Cábala - KABALEB)

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