sábado, 12 de diciembre de 2015

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Aries (IX)


CURACIONES EN LA TARDE DEL SÁBADO (HOD)

32 Llegado el atardecer, puesto ya el Sol, le llevaron todos los enfermos y endemoniados; y toda la ciudad se reunió a la puerta; 34 Curó a muchos pacientes de diversas enfermedades y echó muchos demonios, y a estos no les permitía hablar porque le conocían.

Las referencias, podríamos decir las huellas, que nos va dejando Marcos son tan claras que difícilmente podríamos perdernos en este mágico camino que nos lleva hasta la culminación de los Trabajos Divinos que ha de protagonizar el alma humana.

"Llegado el atardecer, puesto ya el sol...".

Nos situamos exactamente en la hora crepuscular, cuando dan comienzo los Trabajos correspondientes a los signos del Elemento Aire. En la relación tiempo-signos, la correspondencia es la siguiente:
  • Las dos primeras horas del amanecer corresponden a Aries, de 6 a 8 horas (suponiendo que el sol salga a las 6 horas). De 8 a 10 horas, se corresponden con el signo de Leo, y Sagitario lo hace de 10 a 12 horas.
  • Cáncer se corresponde con el próximo intervalo de dos horas, de 12 a 14 horas. Escorpio lo hace con las 14 a 16 horas y Piscis, con las 16 a 18 horas.
  • Llegado a este punto abordamos el atardecer, y es Libra quien rige las dos horas siguientes, de 18 a 20 horas. Acuario, de 20 a 22 horas y Géminis de las 22 a las 24 horas.
  •  Por último, los Trabajos de los signos de Tierra, que se corresponden con las horas a partir de la medianoche. Capricornio, de 00 a 02 horas. Tauro de las 02 a las 04 horas y Virgo, de 04 a 06 horas.

Por lo tanto, si aplicamos estas correspondencias, nos debemos situar en el momento en el que el Sol se ha puesto.

En los Trabajos Cabalísticos, tras los Trabajos de Netzah, penetramos en la Esfera de Hod, Séfira que, en el Plano de Formación-Etérico, ejerce funciones similares a las de Hochmah en relación a Kether.

Si, como hemos estudiado en otra parte de esta obra, Hochmah representa al Hijo de Dios, a Cristo, y en esencia, representa el Amor Universal, podemos argumentar que este papel será el que realice Hod, pero en un nivel inferior; es decir, de un modo más mundanizado. El amor ya no se verá como un ideal abstracto al que todos aspiramos y que impregna nuestros pensamientos. Ahora se trata de descender a la antesala donde se elaboran definitivamente nuestros actos para darle un toque final.

Dado que, hasta alcanzar la consciencia Crística unificadora, generamos, con nuestros pensamientos y emociones, estados caóticos y disarmónicos, las tendencias que habitan en esas parcelas de nuestro ser se encuentran enfermas, endemoniadas. Por todo ello, se hace necesario que hagamos un llamamiento general a todos cuantos habitan en esa parte de nuestra naturaleza, a la ciudad entera, y la reunamos a las puertas de la morada de Hod pues, la esencia del amor se manifiesta en este nivel como la Esencia de la Verdad.

Podríamos decir que, la verdad nos hará libre; la verdad, entendiéndose como la comprensión de los Trabajos Crísticos; esto es, comprender que todos somos UNO, que no existe la división, ni la separación con respecto a Dios, nuestro Padre. Es necesario que aprendamos a comportarnos de acuerdo a la Nueva Consciencia, la cual, nos revela el antídoto para vencer los estados depresivos basados en sentimientos de culpabilidad, miedo y desvalorización.

El re-conocernos como Hijos de Dios nos permitirá utilizar positivamente todos nuestros recursos, representados por las tendencias enfermas. La verdad, la lógica y la comprensión alejarán de nosotros a los demonios, esas criaturas que hasta ese momento alimentaban y complacían nuestros apegos y hábitos. A estos demonios no debemos dejarles hablar pues, el poder de la palabra es creador y generarán nuevos hábitos, si escuchamos su voz. Debemos actuar con amor desinteresado, con el amor Crístico que se encuentra libre de cualquier apego o conquista material. Ese amor impedirá hablar a los demonios pues, como bien dice el cronista, le conocían, es decir, difícilmente la naturaleza Crística se dejará engañar por la voz de esos demonios pues, en ella, como hemos dicho, no encontrará ni un solo deseo que se oriente hacia el logro del mundo material.

En nuestro estado interno es preciso esperar al atardecer, que el Sol se ponga, para afrontar los Trabajos de curación de las tendencias enfermas. Esto significa que, mientras estemos siendo impulsados por los deseos -etapa anterior al atardecer-, nos resultará más difícil el dejar oír la voz de los “demonios” que tratarán de seducir a nuestra mujer interna, como Lucifer-serpiente hiciera con Eva. Se trata por lo tanto de seguir la dinámica trazada por Jesucristo en este pasaje. Conquistemos el Mundo del Deseo; y cuando nuestra consciencia nos advierta de que ya no existen en nosotros impulsos emocionales que se orienten hacia el mundo inferior, cuando se haya ocultado el Sol, entonces tendremos la preparación necesaria para lograr curar, con nuestra nueva consciencia, las viejas tendencias que se encuentran enfermas.

En el ciclo diario, podemos aplicar esta dinámica y, al atardecer, encontraremos mejores oportunidades para vencer la naturaleza emocional enferma y, en ocasiones, si nuestro proceso individual nos lo permite, encontraremos en nuestro camino a compañeros de ruta que se encuentran identificados con la enfermedad. Nuestro amor, nuestra verdad, puede elevarles y llevarles a encontrarse con la salud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario