domingo, 20 de diciembre de 2015

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Sagitario (III)

ELECCIÓN DE LOS DOCE

13 Subió a un monte, y llamando a los que quiso, vinieron a El, 14 y designó a doce para que le acompañaran y para enviarlos a predicar, 15 con poder de expulsar a los demonios.
Cuando el impulso espiritual alcanza la fase Vav-Sagitario, lo que estamos realmente diciendo es que la energía primordial, el propósito divino-creador, ha madurado lo suficiente para que se manifieste en su nivel exteriorizador. Es el momento de exclamar: "Hágase tu Voluntad Padre". Es ese y no otro, el programa que nos transmite el arquetipo de Sagitario: ser instrumentos de la divinidad, ser los mensajeros, los profetas, los que tracemos la ruta a seguir marcando nuevos horizontes.
¿Cuál es la Voluntad del Padre? Ya hemos visto en términos cabalísticos, que hablar de la Voluntad del Padre es hablar del Séfira Kether. De este Centro ha surgido nuestro Ser. De su Esencia ha emanado el Hijo de Dios; habiendo sido creado a su imagen y semejanza. Por lo tanto, cuando nos cuestionamos sobre su Voluntad, podemos contestar diciendo, que su Voluntad es que lleguemos a desarrollar la divinidad de la que somos portadores y en la que nos estamos formando.
El universo, antes de adquirir la forma con la que lo conocemos, era un "estado potencial" de información de infinitas posibilidades, que cabalísticamente se le conoce como "Zodiacales". La ciencia actual, y más concretamente, la física cuántica, se refiere a ese "estado potencial" como el "Campo" y los estudios más recientes, han demostrado que la materia surge de ese "Campo" cuando, el mismo, es observado. Si añadimos que el Hijo de Dios tiene la capacidad de dirigir su mente siguiendo su propia voluntad, diremos que la acción de prestar atención al Campo ha hecho posible la fabricación del mundo, tal y como lo conocemos. Lo que realmente estamos afirmando, es que el Hijo de Dios, es co-creador del universo en el que se manifiesta.

Si el hombre, como Hijo de Dios, ha sido creado de esos materiales -Zodiacales-, del Campo, es lícito pensar que su "Trabajo Divino", consistirá en hacer un correcto uso de esas energías. Debemos aprender a mezclarlas para crear de acuerdo a las leyes divinas. Ese es nuestro papel esencial, y ese es el mensaje que debe transmitir el Sagitario: movilizarnos hacia lo más elevado de nuestra consciencia, subiéndonos a un monte y, desde allí, llamar a las tendencias que verdaderamente trabajaran para la Obra, y no a otras. Con esta capacidad de decisión, lo que en verdad debemos entender es que, cuando alcanzamos un nivel de consciencia, conocemos las energías. con las que debemos Trabajar; y tanto es así que, como hiciera Jesús, ponemos nombre a esas tendencias, como le sucediera con Simón, al que puso por nombre, Pedro.
Sagitario nos revela directamente a la consciencia cuáles deben ser las energías, con las que debemos Trabajar. Es conocida su facultad reveladora y profética en el ámbito convencional, y ahora comprendemos que debe ser así, pues la divinidad se está manifestando directamente en la consciencia, indicando el camino a seguir.
16 Designó, pues a los doce: a Simón, a quien puso por nombre Pedro; 17 a Santiago el de Zebedeo y a Juan, hermano de Santiago, a quienes dio el nombre de Boanerges, esto es hijos del trueno; 18 a Andrés y Felipe, a Bartolome y Mateo; a Tomas y Santiago el de Alfeo; a Tadeo y Simón el Celador, 19 y a Judas Iscariote, el que le entregó.
El autor, con sus palabras, parece dar por hecho que debían ser doce los elegidos. Sin duda, su conocimiento en los Misterios de la Obra Divina se está revelando en su narrativa. Doce fueron las Esencias Cósmicas, los Zodiacales, con los que el Creador construyó el universo. Doce son las energías que Jesús reúne para cerrar ese círculo donde crecerá su Obra. Algunas de estas energías la definió muy claramente con el Arquetipo Cósmico con el que iba a trabajar. A Simón le llamó Pedro, es decir, Piedra, aludiendo al signo terrenal de Capricornio, el que daría lugar a todas las instituciones donde se asentaría el cristianismo. A Santiago el de Zebedeo y a Juan que, como hemos dicho en otra parte de esta enseñanza, lo hemos identificado con los signos Sagitario y Piscis, les llamó hijos del trueno, poniendo de manifiesto las cualidades de Júpiter, planeta regente de Sagitario y Piscis, al que se le relaciona en mitología con el trueno.
Con Sagitario, la Obra toma sus primeras limitaciones, y no podría ser de otra manera, pues este signo esta regido por el Séfira Binah, el encargado del proceso creador en su fase cristalizadora. Por lo tanto, la faceta de Sagitario, en este sentido, debemos entenderla como el propósito de revelar a la consciencia los Trabajos que debemos realizar. A nivel humano, nuestra aportación sagitariana nos llevará a mostrar el camino a aquellos que verdaderamente buscan.
El orden en el que Marcos nos describe los nombres de los discípulos puede carecer de importancia, a no ser porque encontramos un detalle que lo diferencia del orden dispuesto por Mateo y Lucas.
Igualmente, encontramos una aparente contradicción en el orden detallado por Marcos, que nos narra en su Capítulo I, versículo 16, donde especifica claramente que los primeros discípulos fueron los hermanos Simón y Andrés. En el capitulo III, que estamos estudiando, Marcos, coincidiendo con Mateo y Lucas nos dice que, en efecto, Simón, al que llamó Pedro, fue el primer discípulo, sin embargo, a Andrés, lo presenta en cuarto lugar. ¿Por qué? ¿Se trata de un olvido simplemente, o por el contrario, trata el autor de enunciar algún mensaje en lo concerniente al Trabajo Iniciático que representa la Vía del Aire-Andrés?
Un punto en común une a los tres evangelistas a la hora de clasificar a los discípulos, todos ellos, coinciden en la presentación por parejas, a excepción de Simón el Celador y a Judas Iscariote, el que le entregó. No es fruto de la casualidad el que Jesús eligiera a sus discípulos de este modo ya que, con esta disposición natural, estaba siguiendo el modelo adoptado por el Creador en la elaboración del universo, con la ayuda de las Doce Esencias Zodiacales. Esa manifestación de fuerzas duales, hace referencia a las regencias de dos signos de diferentes Elementos por un mismo planeta. Tan solo dos signos, de los Doce, están regidos por un solo planeta, estos son, Leo y Cáncer, Arquetipos que están representados por Simón, el Celador y Judas Iscariote, respectivamente.
¿Por qué es Pedro el primer discípulo elegido? ¿Qué representa esa elección en nuestro desarrollo anímico?
Simón, el discípulo al que Jesús llamó Pedro, está dando vida al Arquetipo de Capricornio. Este signo, astrológicamente hablando, representa la puerta de entrada al Mundo Material. Pertenece al Elemento Tierra y su función es Cardinal, es decir, es la experiencia de inicio dentro del Mundo Físico. Debemos entender con esto, que la consciencia que estamos construyendo, la Crística, tiene como objetivo primordial penetrar en el Mundo de Malkuth-Acción-Tierra-Capricornio, y debe ser así para que el amor se convierta en obra humana.
No olvidemos que el nacimiento de Jesús en la noche más oscura del año -24 de Diciembre-, nos pone de manifiesto su programa espiritual, el de Capricornio. Jesús nace en este mes, y bajo este Arquetipo, para dar un nuevo impulso al mundo cristalizado de Capricornio. Es cierto que, cuando las energías que nacen en el Fuego pasan por el Agua y el Aire, y llegan a la Tierra, tienden a la institucionalización, tanto que se anquilosan, se petrifican -Pedro-, impidiendo a nuevas corrientes, nuevas energías, que puedan ni tan siquiera nacer. Recordemos a Herodes-Capricornio-lo Instituido, matando a los Santos Inocentes, es decir, las nuevas tendencias, que de crecer harían peligrar su obra.
Pues bien, Pedro es la puerta de entrada de nuestro Trabajo Espiritual, el primer peldaño de esa escalera que nos llevará hasta lo más elevado, hasta Dios. Esta es la razón por la que es elegido en primer lugar. Ahora bien, mientras que Mateo y Lucas nos presentan a su hermano Andrés, representante del Elemento Aire en la función de Acuario, Marcos no lo hace así. El nos habla de Santiago y Juan, los hijos del trueno, es decir, los representantes de los signos regidos por el planeta Júpiter, el Dios del Trueno. Estos signos son Sagitario y Piscis.
El estudiante puede reflexionar sobre las características de estos signos con relación a los Trabajos Crísticos, y descubrirá paso a paso el sendero que debemos cubrir siguiendo ese patrón cósmico. Será en cuarto lugar cuando Marcos nos presenta a Andrés. Ese cuarto lugar, en el ámbito cabalístico, nos refiere la etapa de los frutos, la meta culminada. Marcos se ocupa del Evangelio de Aire, y Andrés es el representante de ese Elemento. Por lo tanto, la posición que ocupa en su presentación está aludiendo al fruto que vamos a obtener siguiendo esta Iniciación. Acuario es el signo que nos lleva a la comprensión de las Leyes Cósmicas, a comprender la Organización Divina, nos acerca a la visión de la unidad, del amor compartido. Ese es el camino que nos traza Marcos. Esa es la meta a la que vamos a llegar si seguimos el proceso de su Evangelio.
Otro dato curioso que nos revela Marcos lo apreciamos en las características de Felipe, el acompañante de Andrés. Felipe era el intendente del grupo, el encargado por velar que no faltasen los medios materiales. El cuidaba a la perfección todos los detalles y, aquellos que han leído en la Memoria de la Naturaleza y han estudiado la personalidad de los discípulos, nos describen a Felipe de naturaleza escéptica. Felipe representa sin duda al signo de Tauro. Andrés-Acuario y Felipe-Tauro, esta dualidad nos está describiendo el proceso natural que ha de seguir la energía del Amor. Marcos nos lleva hasta el Aire, como hemos dicho, hasta la comprensión de las leyes divinas, pero este Trabajo va conjuntamente unido a la faceta Tauro, es decir, la teoría debe dar lugar al Trabajo material. El conocimiento Crístico, debe manifestarse en Felipe-Tauro de modo que podamos construir un mundo donde el amor sea una expresión natural y bella. Ese amor debe penetrar en los más mínimos detalles, debe convertirse en nuestro mayor placer.
Kabaleb en su obra "Curso de Interpretación Esotérica de los Evangelios", nos describe la correspondencia entre los discípulos y los signos del zodiaco. En dicho estudio, el autor nos revela cómo la afinidad que une a los signos según sus Elementos, fue seguida por la Obra Crística. Así, vemos como Felipe era amigo de Bartolomé, y gracias a esa simpatía, éste, se integró al grupo. La simpatía a la que aludimos es la misma que encontramos entre Tauro y Libra, pues ambos signos están regidos por el planeta Venus (simpatía). Así pues, Bartolomé representa al signo de Libra.
Andrés, por su parte, eligió a Mateo, el cual se caracterizaba por sus dotes difusoras, por su elocuencia, y por su capacidad de comunicación. El representaba al signo de Géminis, de ahí la relación entre Andrés -Acuario y Mateo-Géminis, signos del mismo Elemento.
Tomás, el discípulo que para creer tuvo que meter la mano en la llaga, fue elegido por Felipe-Tauro. El escepticismo de Tomás, su capacidad critica, pone de manifiesto las cualidades del signo Virgo.
Marcos une en su exposición a Libra y a Géminis, Bartolomé y Mateo. Si aplicamos las fases del proceso creador al orden establecido hasta aquí, tendríamos las siguientes correspondencias:

ESQUEMA DE LA INICIACIÓN DE MARCOS-AIRE
Yod
Capricornio
Pedro
Proposito
Kether
He
Sagitario/Piscis
Santiago-Juan
Trabajo sobre el Cuerpo Emocional
Hochmah
Vav
Acuario-Tauro
Andres-Felipe
Trabajo sobre el Cuerpo Eterico
Binah
2º He
Libra-Geminis
Bartolome-Mateo
Trabajo sobre el Cuerpo Fisico
Hesed

Podemos ver como, en la fase 2º He-Yod, aparece el Elemento Aire nuevamente. Con ello, entendemos algo que ya hemos adelantado en páginas anteriores: que la meta perseguida por Marcos es la comprensión de los Trabajos Crísticos para que se conviertan en una realidad consciente. Esta primera manifestación de fuerzas, podríamos describirlas como el sentido involutivo o propósito de concienciación. A partir de aquí, nuevos Trabajos aguardan, y nuevas energías se prestan para la Obra. Veámoslo:
Ya hemos dicho, que Felipe-Tauro fue quien acercó a Tomas-Virgo a la Obra. Los siguientes en formar parte del grupo fueron los gemelos Santiago y Judas Alfeo. Siendo elegidos ambos por los hermanos Santiago y Juan. Así pues, tenemos que, Santiago-Sagitario eligió a Santiago Alfeo, representante de Aries (afinidad por Elemento), y Juan-Piscis, lo haría con Judas, quien se correspondía con el signo de Escorpio. La condición de gemelos queda representada por la regencia del planeta Marte sobre los signos de su correspondencia, Aries y Escorpio.
Marcos, por su parte, unió a Tomas-Virgo con Santiago-Aries. Esta unificación de fuerzas correspondería al proceso de evolución de la consciencia Crística, entendiéndolo siempre desde el punto de vista de Iniciación. del Aire. Una vez que hemos adquirido la comprensión de la Obra Crística por vía mental, la consciencia adquirida debe movilizarnos para realizar los Trabajos de Virgo-Aries, muerte y nacimiento; o lo que es lo mismo, abandono de lo material y el resurgimiento de una voluntad espiritual.
Sigamos analizando las fuerzas que nos faltan:
Pedro eligió a Simón, el Celador. Las características de Simón le inscriben en la dinámica del signo de Leo. Él se encargaba de elevar la moral a todos aquellos que se encontraban afligidos; era como un sol para sus compañeros y para los que se hallaban sumidos en la oscuridad. La tendencia Pedro-Capricornio debe movilizar las energías de Leo-consciencia para asegurar, de este modo, la fidelidad a la Obra.
Tadeo (Judas el del Alfeo) formó equipo con Simón, el Celador, según la versión de Marcos. Aplicándolo a terminología astrológica, Escorpio y Leo fueron llamados a la Obra conjuntamente para formar parte del proceso de culminación de la consciencia Crística-evolución en su fase Vav, la cristalizadora. Con ello, debemos leer el siguiente mensaje: "la Luz del Amor debe manifestarse en la capacidad gestadora y creadora, de modo que la perfección en la naturaleza de deseo-Escorpio y la fidelidad a la voluntad del Padre-Leo, se conviertan en un poder ejecutivo y transformador".
Por ultimo, Kabaleb nos dice que fue Bartolome-Libra el que eligió a Judas, Iscariote, el representante de Cáncer La personalidad de Judas no era muy definida, más bien vaga. Respondiendo a las características del signo que rige, era una persona tímida y oscura, dotado de una gran cultura y de una capacidad mental y memoria excelentes. Como Yesod-Luna-Cáncer, cuya función le lleva a ser depositaria de las energías procedentes de los demás centros, Judas era el encargado de custodiar los tesoros del grupo. Judas-Cáncer adquiere protagonismo en la fase final de todo ciclo creador. Sefiroticamente, Yesod-Cáncer-Luna es el noveno Séfira, realizando funciones de "parturienta" de las energías creadoras una vez formadas. Es por ello que, Judas-Cáncer aparece como el último elegido. En el proceso que estamos describiendo, vemos que corresponde a la fase 2º He-Yod, en la cual la Obra alcanza su meta final. Si la puerta de entrada estaba representada por Capricornio-Pedro, el punto de llegada esta escenificado por Cáncer-Judas. Ambos signos forman parte de un mismo eje.
Debemos entender pues, que la consciencia Crística debe comenzar su andadura en Capricornio, en nuestro Mundo Material, en nuestras acciones. Esta Obra se llevará a cabo gracias a la labor de Cáncer-Yesod-Judas quien, al derramarse en el mundo, vendiendo su alma, abrió el camino que llevó a Jesús a fundirse en el mundo que había conquistado.
Recorremos, con este punto, un proceso que nos lleva a comprender las diferentes Fuerzas que colaboran en la construcción de la Personalidad Sagrada-Crística. Cada uno de esos Apóstoles, representando un Elemento Primordial, nos está revelando las cualidades que debemos desarrollar y adquirir para ser "Obreros del Amor". No serían los únicos en seguir a Cristo y, aunque el autor no lo describe, también la naturaleza femenina se encontraría entre sus fieles seguidores. El que todos los evangelistas coincidan en la presentación de tan solo Doce hombres, responde a la dinámica de las Fuerzas Constituyentes del Universo. Lo masculino, representa las Fuerzas activas, mientras que lo femenino, representa las fuerzas pasivas.
INVOLUCIÓN: Yod-Capricornio. He-Sagitario-Piscis. Vav-Acuario-Tauro. 2ºHe-Yod-Libra-Geminis
EVOLUCIÓN: He-Virgo-Aries. Vav-Escorpio-Leo. 2º He-Yod-Cáncer.

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