martes, 15 de diciembre de 2015

Interpretación Astro-Cabalística del Evangelio de Marcos: Trabajos de Leo (I)


CURACION DE UN PARALITICO
1 Entrando de nuevo, después de algunos días, en Cafarnaúm, se supo que estaba en casa, 2 y se juntaron tantos, que ni aun junto a la puerta cabían, y Él les hablaba.
Cuando hemos estudiado los trabajos propios de cada uno de los Diez Séfiras decíamos que, Hochmah-Amor es el Centro donde ubicamos la Consciencia Crística. En el ámbito astrológico, debemos situar al Signo de Leo en este Séfira, dado que es el segundo signo dentro del Elemento Fuego. Por lo tanto, de esta correspondencia deducimos que Cristo está estrechamente relacionado con los Trabajos de Leo, signo que planetariamente está regido por el Sol.
Si situamos este planeta en el Árbol Cabalístico, debemos hacerlo en Tiphereth, por lo que diremos que, el Centro de la Consciencia-Cafarnaúm esta igualmente participando de la dinámica de los Trabajos de Leo-Cristo. Mientras que Hochmah, hace referencia al Espíritu-Cristo, Tiphereth lo hace a la naturaleza humana, Jesús.
Marcos nos indica que, "después de algunos días", es decir, una vez desarrollados los primeros Trabajos, entra de nuevo en Cafarnaúm, y se supo que estaba en casa. He ahí la clave para conocer la procedencia de Jesús, y de Cristo.
El signo de Leo se encarga de interiorizar el impulso de Aries o, lo que es lo mismo, el Hijo-Hochmah, recibe la Voluntad del Padre-Kether-Aries, y le es fiel. La fidelidad a lo Superior, a lo elevado, es la característica del Leo. ¿Acaso no es ese el principal mensaje de Cristo? ¡Hágase tu Voluntad en mí, Padre!
Aquellos que Trabajen en la Esfera de Leo, deben conocer que son portadores de un importante mensaje. Ellos deben ser los "Maestros" que, con su ejemplo, dejen la huella a seguir por los demás. Su enseñanza ha de estar basada en el Amor y la Libertad. Su poder es la Luz para poder alumbrar a cuantos se encuentran en la oscuridad.
En los Trabajos de Leo se vive la circunstancia descrita por el evangelista. Cuando el comportamiento está a la altura del Amor Crístico, son muchos los que se juntan en nuestra "casa". Con ello debemos entender que, cuando se vive esta dinámica, el poder del que somos portadores puede dominar todas las tendencias que habitan en nuestro ser. Cuando esto ocurre, corremos el riesgo de sentirnos superiores y decidimos no seguir avanzando en el proceso evolutivo. Nos decimos, ¿para qué movilizarnos más si ya tengo el poder? Si no utilizamos la naturaleza revitalizadora de la que somos portadores y sí en cambio la utilizamos en beneficio propio para sentirnos "dioses", entonces, ese Fuego nos quemará interiormente y nos imposibilitará para poder actuar; nos habremos convertido en "paralíticos".
3 Vinieron trayéndole un paralítico, que llevaban entre cuatro. 4 No pudiendo presentárselo a causa de la muchedumbre, descubrieron el terrado por donde Él estaba, y hecha una abertura, descolgaron la camilla en que yacía el paralítico 5 Viendo Jesús, la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
Ese paralítico es nuestra consciencia estancada en la dinámica de Leo. Es una tendencia común en todos los signos conocidos astrológicamente como Fijos (Leo, Escorpio, Acuario y Tauro), el quedar prisionero de las energías de la que se es portador. En Leo, esa Energía es el Fuego, y el Fuego es la llama permanentemente viva que nos impulsa a crear. Quedar estancado, inmovilizado por el Fuego en la fase de su interiorización, es una negativa a utilizar el poder creador; con lo cual, la vida no seguirá la evolución.
Ya veíamos como la razón de este apego excesivo, que nos lleva a no crear, se encuentra en una errónea asimilación del poder divino; el orgullo y la soberbia se convierten en importantes enemigos de la Luz en este punto del camino. Al quedar inmovilizados, nuestra consciencia moral no actúa; por lo cual quedamos en una condición similar a la del paralítico.
Lo que ocurre a continuación parece sacado de una película trágico-cómica; sin embargo, nos está describiendo el modo de actuar si queremos curar esa tendencia enferma de nuestra consciencia.
En primer lugar, nos describe el número de tendencias que han servido a la consciencia paralítica. Son cuatro, como cuatro son las fases que nos llevan a la materialización de la energía. Sin duda alguna, si hemos utilizado la luz de nuestra consciencia y la hemos materializado convirtiéndola en una vía de enriquecimiento y poder, entonces, verdaderamente nos veremos imposibilitados para andar pues, de este modo, comprenderemos que nuestros pasos nos han llevado por mal camino; es decir, hemos hecho mal uso de las energías divinas.
Deben ser las experiencias obtenidas en ese mal uso las que decidan rectificar el comportamiento y acercarse hacia la verdadera fuente de vida-Leo, a Cristo. Esos cuatro acompañantes son el mensaje del Trabajo consciente que se ha realizado, y de la nueva consciencia adquirida por la vía de Malkuth-experiencia.
La muchedumbre impedía el paso directo. Esa muchedumbre simboliza la tentación de quedar atrapado por los elogios, los triunfos, la fama, el poder, e impide que, en verdad, podamos realizar la obra de rectificación.
Para conseguir ese objetivo, debemos descubrir en nuestra parálisis el terreno donde Él estaba. Debemos descubrir nuestra "tierra" interior donde habita el Amor, el Perdón, la Libertad. Ahí es donde debemos descolgar nuestra camilla y dar muestra de nuestra fe.
Jesús, ve la fe en ellos, de cada una de las tendencias representantes de cada uno de los Elementos y de cada una de las fases de los Trabajos que debemos realizar en la Obra Creadora. Si tenemos fe, es decir, si desplegamos nuestro amor hacia el Padre -Leo-, entonces de nuevo estaremos poniendo en marcha el motor de nuestra consciencia, y dejaremos de estar paralíticos Oiremos las palabras de Jesús. que nos dice: Hijo, tus pecados te son perdonados.
Es muy importante esto que decimos pues, encierra la movilización de una energía. que verdaderamente está a nuestra disposición si somos capaces de despertar nuestra consciencia a ella.
Las Energías de Leo tienen el poder de liberarnos de nuestro Karma, de nuestras limitaciones, representado por el "paralítico". Cuando nos hemos negado a crear hemos generado una circunstancia correctiva que nos permitirá tomar consciencia de nuestro error. Esa circunstancia es la enfermedad física o anímica. Ahora bien, si una vez enfrentados a nuestro error tomamos consciencia de él, y recuperamos la fe en el amor, la única fuerza que nos llevará de nuevo a crear, entonces, nuestros "pecados" nos serán perdonados y, con ello, seremos curados.
6 Estaban sentados allí algunos escribas, que pensaban entre si: 7 ¿Cómo habla así este? Blasfema, quien puede perdonar pecados sino solo Dios? 8 Y luego, conociéndolo Jesús, con su espíritu que así discurrían en su interior, les dice: ¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? 9 ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu camilla y vete? 10 Pues para que veáis que el hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar los pecados -se dirige al paralítico, 11 yo te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. 12 Él se levantó, y tomando luego la camilla, salió a la vista de todos, de manera que todos se maravillaron y glorificaban a Dios diciendo: Jamás hemos visto cosa tal.
Cuando estudiábamos el transito de la naturaleza Crística por la Esfera de Tiphereth, hacíamos alusión al papel de los escribas, y decíamos que, ellos se definían como los sabios que interpretan la ley. Para ellos, lo mas importante es el cumplimiento de los mandatos de Jehová, los cuales se resumen, como ya hemos visto, en las cuatro fases creadoras: Yod-He-Vav-2º He. Siguiendo esta dinámica, la parálisis se correspondería con la fase de los frutos, de los efectos, la 2º He y, por lo tanto, era el resultado a una clara violación de la ley, por lo que se hace necesario que se padezca la enfermedad pues, de este modo, la personalidad humana aprenderá a no fallar más. No cabe otra solución pues, el aspecto de la divinidad que ellos conocen, así lo ha dispuesto.
Estos Escribas se hallan también en nuestra naturaleza anímica. Están sentados cuando Jesús. actúa, indicándonos que, mientras que es la consciencia Crística la activa, las demás voces quedan en espera; se encuentran pensando entre si.
¿En espera de qué? Pues de que se produzca alguna acción interna que viole la ley Mosaica que ellos se encargan de hacer cumplir. Pero, no se trata, en esta ocasión, de merecer un castigo por haber violado la ley sino, por no haber seguido las pautas establecidas para alcanzar la Luz.
Jesús, pone de manifiesto que, no es necesario permanecer en la Columna del Rigor para alcanzar la Iluminación. La fe y el amor, nos permitirán conseguirlo y quedar libre de nuestra culpa. Ese amor es la esencia que se encuentra oculta, petrificada, en el espesor y rigor de la ley. Jesús, se encarga de extraerlo de ella y de ponerlo en uso como moneda corriente para sobrevivir en la nueva tierra.
Para los Escribas, tan solo Dios puede perdonar los pecados; sin embargo, olvidan que el amor, el perdón, la misericordia, son el rostro visible de Dios. Jesús., con su Espíritu, conoce el pensamiento de estos Escribas, y les dice: "¿Por qué pensáis así en vuestros corazones?"
Esa es la pregunta que debemos hacernos cuando actuemos sin amor, petrificados en consciencia en la dinámica de Leo. Pensar con el corazón es una actitud peligrosa pues, estaremos enfriando el calor de la sangre que ha de movilizarnos a actuar. Puede ocurrirnos que, cierto día, mientras nos encontremos conduciendo nuestro coche, nos veamos en la necesidad de socorrer a un herido cubierto de sangre; y, mientras que nuestro corazón-consciencia nos induce a actuar, nuestra mente nos dice: ¡qué vas a hacer tonto, va a llenar la nueva tapicería del coche. Déjale ahí, que otro le socorra! Y pensando así en nuestro corazón, continuemos nuestro camino.
La mente siempre tiene razones para todo; y el Leo, signo de regencia del corazón, no debe dejarse guiar por ella.
"¿Qué es más fácil decir: Tus pecados te son perdonados, o decirle levántate, toma tu camilla y vete?"
En verdad, el poder de Cristo, actuando en su casa-Leo, al perdonar, lo que esta haciendo es dar una orden dirigida directamente hacia Malkuth-Efectos-Parálisis, sin necesidad de pasar por la fase Vav-Binah-Ley pues, debemos entender con ello que, cuando se ha conquistado la naturaleza emocional (recordemos los Trabajos en el Mundo de Deseo) aplicando la ley en ella, adquirimos la cualidad del Shin y, entonces, la ley va por dentro. Ese es el poder del amor Crístico; por eso puede liberarnos de nuestros pecados, porque sabe leer en los corazones arrepentidos.
El Leo también tiene ese poder si su código moral esta a la altura Crística. La dinámica contraria, es decir, una mala asimilación de esas energías, puede llevarle a adquirir una actitud despótica dando muestras de un complejo napoleónico. Sus órdenes serán arbitrarias y, más que curar, dañarán.
Las acciones del verdadero amor, actuando como verdadero perdón, dejarán a todos maravillados pues, comprenderán que no es preciso sufrir eternamente para despertar al amor.

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