lunes, 23 de mayo de 2016

El Lenguaje Secreto de los Números: 7



"Con el número siete somos testigos del arte y de la belleza".

El número Siete es un número que tradicionalmente ha gozado de un halo mágico, de un mensaje esotérico. El Libro Sagrado por excelencia, la Biblia, ya recoge, cómo el proceso creativo protagonizado por Dios se llevó a cabo en Siete Días. ¿Qué misterio envuelve a este número?, ¿Por qué la divinidad necesitó Siete Días para llevar a cabo su magna Obra?.

Para una mente liberada de prejuicios religiosos que abogan por el fanatismo, los "Siete Días" de la Creación es una alusión a las diferentes fases que exige toda acción creadora, desde su nacimiento, su tránsito involutivo y posteriormente el evolutivo. Por lo tanto, podemos pensar, que cuando el proceso creador alcanza la fase séptima ha alcanzado su máxima plenitud.

En la etapa anterior habíamos alcanzado el punto en el que superando la fase de perturbación originado en el número cinco, alcanzábamos el estado de equilibrio y armonía interior necesario para integrar en nuestra conciencia el mensaje espiritual de la experiencia.

A partir de este momento, una vez que hemos logrado conquistar la armonía, estamos capacitados para realizar por nosotros mismos un nuevo proceso creador. Cuando leemos en la Biblia que al Séptimo Día el Ser Creador descansó, debemos comprender que dicha acción supone el haber logrado completar el Trabajo y hemos alcanzado la condición de Ser Creador.

Descansar no quiere decir precisamente NO ACTUAR, si así fuese, si el proceso creador se parase un sólo instante, todo quedaría estancado, y esto va en contra de las leyes naturales. 

La etapa Siete, el descanso, es una invitación a que ejerzamos nuestro valor más importante, el actuar como verdaderos artistas de la creación.

Haber tomado conciencia en el número seis, nos permitirá exportar dicha virtud a nuestro mundo externo, por lo tanto, el Siete es verdaderamente el número de la Armonía Compartida. Se posee el don de integrar los opuestos y ello es precisamente el requisito indispensable para lograr llevar a cabo un proceso creador.

Si el número Siete se cruza en nuestro camino, podemos estar seguro de que estamos siendo invitados a conquistar ese don que nos permitirá ser un gran armonizador, un creador de vida para los demás.

Con el Siete, la dualidad se conquista dando paso a la unidad. Ello lo vemos cuando se produce una complementación tras la unión de dos personas del sexo opuesto. De esa unión, nacerá una nueva criatura. El Siete nos invita a utilizar nuestro germen creador para poder así generar nueva Vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario