jueves, 30 de junio de 2016

Cuento para Seheiah: "El Espíritu Protector"



Muchas son las personas que se quejan en la vida de tener mala suerte, nada les sale bien, el destino parece haberse confabulado para castigarlos con su rigurosa justicia, pero el caso que os voy a contar, opinareis sin duda que es curioso, puesto que narra la historia de un muchacho al que la mala suerte le perseguía, y sin embargo, en el ultimo momento, siempre salía victorioso del nefasto trance. Pero júzguenlo ustedes mismos...


Jupimar siempre había sido un chico independiente. Gustaba de tomar sus propias decisiones, aunque estas le llevasen como en aquel día a enfrentarse a la muerte.


Desde hacia tiempo, se preguntaba que sensación se debía experimentar conduciendo aquella maravillosa moto que su amigo acababa de comprar. Si se la pedía prestada tal vez podría saberlo -pensó -, y ni corto ni perezoso, se fue en busca de él, quien de muy malas ganas y un poco por vergüenza, se la dejo, pero no sin antes advertirle que no corriera demasiado.


Pero para Jupimar aquellas recomendaciones estaban de más. Si esperaba que le hiciera caso, iba listo.


Tomó la moto y enseguida busco la sensación que tanto deseaba experimentar. Aceleró y aceleró cada vez más. Sin duda merecía la pena aquellas sensaciones. Pero todo estaba previsto, y al tomar una curva la moto le derrapo y el accidente fue mortal.


Todo el mundo temió lo peor, puesto que, al salir despedido tuvo la mala fortuna de ser arroyado por un camión que venia en sentido contrario.


Sin embargo, y cuando nadie contaba con su vida, Jupimar se recuperó de un modo milagroso.


Era la tercera vez en el año que salía ileso de accidentes mortales. La primera ocasión fue un incendio, al final pudo ser rescatado a tiempo cuando ya le daban por asfixiado. La segunda, fue aplastado, prácticamente, por un edificio en ruina que se había desplomado, pero de nuevo le acompañó la fortuna, pues quedó presionado por un hueco, lo cual impidió ser sepultado, y ahora ese accidente.


Nadie se explicaba la razón y muchos llegaron a pensar que tenía 7 vidas como los gatos. Otros pensaban, que tal vez tenía un pacto con el diablo, pero el único que sabía la respuesta era él mismo, pues acababa de conocerla.


Mientras dormía de camino al hospital, Jupimar tuvo una visita en el mundo de los sueños. Un ser de luz se le acercó, y ante aquella sorpresa el joven le pregunto:
  • ¿Quién eres y dónde estoy?
  • Soy el Arcángel Seheiah y protejo a los hombres del rigor del destino, y estás en el Mundo del Deseo -explicó aquel ser de luz -.
  • ¿Entonces estoy muerto? -preguntó angustiado Jupimar -.
  • No, no lo estas, porque yo te he salvado -contestó amistosamente el Arcángel -
  • Y, ¿por qué lo has hecho?, otras personas mueren en accidentes y nadie los salva.
  • Tienes razón, pero en el Libro del Debe y el Haber de esas personas no encuentro ninguna razón que le haga interceder por ellos.
  • Entonces, ¿estás a mis servicios porque yo con mi comportamiento en otras vidas he actuado salvando las vidas de otros? - Interrogó muy sorprendido el joven Jupimar -.
  • Veo que lo has entendido, y ahora debes volver. Pero antes recuerda una cosa, no arriesgues tu vida en vano, pues es muy valiosa para malgastarla.
Gracias a aquel encuentro, Jupimar dejaría de comportarse imprudentemente y trató siempre de echar una mano al Arcángel prestando auxilio al necesitado.


Fin

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