domingo, 28 de febrero de 2021

Astrología Cabalística: "Cuarto Día de la Creación"

CUARTO DÍA DE LA CREACIÓN:"LA TIERRA"
CAPRICORNIO-TAURO-VIRGO
Si empleamos una vez más la inapreciable ley cósmica de las analogías, y recordamos el ejemplo ya expuesto del arquitecto para explicar las diferentes fases de todo proceso creativo -Yod, He Vav y 2º He-Yod-, estaremos en condiciones para comprender lo que ocurrió y ocurre siempre que una obra alcanza su etapa 2º He-Yod, o lo que es lo mismo, su Cuarto Día de la Creación.
Repasando aquel clarificador ejemplo, veíamos como el arquitecto tras haber emanado un proyecto en el nivel Yod-Fuego, tras haberlo alimentado con sus deseos, lo amó en el nivel He-Agua, para posteriormente y motivado por la fase anterior, afrontar el trabajo Vav proyectando en un plano, las pesas y medidas con las que poder construir el edificio. Pero en este punto del camino, ese arquitecto-creador no podrá asegurar que su "hijo", su obra, sea perfecta, es decir, que no tenga errores. Es por ello, que se hace necesario una última fase que conocemos como 2º He-Yod, la cual se especializa en la materialización de la energía, en su cristalización máxima, revistiéndose de materia concreta, y cuando esto ocurre, acabamos de penetrar en el mundo de las formas, donde todo creador averigua si su "creación" funciona o por el contrario está necesitado de algunos retoques. En verdad que esos son los trabajos del 2º He. Pero esa fase no termina con la cristalización total, lo que supondría una muerte de la energía, sino que estamos hablando de un 2º He-Yod, y ese acompañamiento -Yod- es el nuevo renacer, el nuevo impulso, la semilla que acompaña el fruto para asegurar su evolución.
Veamos que nos narra el texto sagrado sobre los trabajos de este Cuarto Día de Manifestación:
Dijo luego dios: "Haya en el firmamento de los cielos lumbreras para separar el día de la noche, y servir de señales a estaciones, días y años; y luzcan en el firmamento de los cielos para alumbrar la tierra. Y así fue. Hizo Dios los dos grandes luminares, el mayor para presidir el día, y el menor para presidir la noche, y las estrellas; y los puso en el firmamento de los cielos para alumbrar la tierra y presidir al día y la noche, y separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios ser bueno, y hubo tarde y mañana, día cuarto".
Pasemos a describir la traducción de Fabre d´olivet:
Declarando aún su voluntad, dijo, El-los Dioses: habrá en la expansión etérea de los cielos, Centros de Luz, destinados a operar el movimiento de separación entre el día y la noche, y a servir de signos a venir, y para las divisiones temporales, y para las manifestaciones fenoménicas universales, y para las mutaciones ontológicas de los seres. Y serán, esos centros de luz, inteligible en la tierra: y esto fue hecho así. Determinó, El, el Ser de Seres, la existencia potencial de esta dualidad de grandes centros luminosos, destinando el mayor a la representación del día y el menor a la representación de la noche; y determinó también la existencia de las facultades virtuales del Universo, las estrellas, preponiéndolas en la expansión etérea de los cielos, esos centros sensibles, para que estallara la luz inteligible en la tierra. Y para representar simbólicamente en el día y en la noche y para operar el movimiento y separación entre la luz y la oscuridad. Y considerando esas cosas, El, el ser de Seres vio que serían buenas. Y tal fue el Occidente y tal fue el Oriente, el Objetivo y el Medio, el Termino y el Arranque de la Cuarta Manifestación fenoménica".
La traducción de Fabre d´olivet es profundamente aclaratoria sobre los trabajos de ese Cuarto Día de la Creación. El estudiante podrá comprobar por sí mismo, que nos está revelando, como bien interpreta Kabaleb, un pequeño tratado de astrología, en la medida que nos enseña el nacimiento y el propósito de los astros.
Tomando como referencia la interpretación esotérica que hace dicho autor sobre el Génesis, podemos leer en lo concerniente a este punto:
"La palabra Khaf-Vav-Khaf-Beith, traducida vulgarmente por estrella, está compuesta por una raíz que se relaciona con toda idea de fuerzas y de virtudes tanto física como morales, y de otra raíz misteriosa (Aleph-Vav-Beith), que desarrolla la idea de la fecundación del Universo. Así, según el sentido figurado y hieroglífico, esa palabra no significa solamente estrella, sino la fuerza virtual y fecundante del Universo".
¿Qué significa pues la aparición de estos astros en el Cuarto Día de la Manifestación?, ¿Qué papel ejemplar protagonizan?.
Retomemos una vez más el ejemplo de nuestro arquitecto creador. Para él, la obra podría estar acabada en la Tercera fase, la Vav, pues en ella ha plasmado todo su saber y para él, todo es correcto. Sin embargo, como hemos adelantado, el propósito del alma humana no es ser portadora de una serie de virtudes y potencialidades, sino de tomar conciencia de su utilización, pues en un futuro, está llamado a ser un Dios Creador.
El arquitecto decide conocer si su edificio aguantará, si será habitable o por el contrario se derrumbará; y para lograr este objetivo tendrá que contratar a una cuadrilla de profesionales de la construcción, que serán los que materialicen el proyecto.
Pues bien, el hombre en el Tercer Día contaba ya con un Cuerpo Físico y Vital, un Cuerpo de Deseos y un Cuerpo Mental en estado germen, ahora se requería que estos vehículos diesen sus frutos aportando experiencia creadora. Ante esta necesidad, Elohim, el Dios de nuestro Sistema Solar puso en el firmamento un grupo de astros cuya misión era regular y controlar las fuerzas vitales y fecundantes del universo, es decir, de los Zodiacales.
Cada planeta adoptaría una regencia dentro de cada Arquetipo, y desde ese cuartel dirigiría las emanaciones de la energía. Dado que el hombre ha sido creado con la misma simiente y responde a las mismas leyes cósmicas, las actividades psíquicas y físicas, responderán a la de los astros y Arquetipos. Esta es la lección más básica que todo estudiante de astrología debe conocer para comprender en profundidad el sentido transcendente de esta Sagrada Ciencia.
Cuando analizábamos el signo de Géminis, veíamos que su regencia sefirótica lo situaba en el centro Yesod, completando así la triada del Plano de formación, donde se encuentra el nivel etérico. Con la apertura de los trabajos pertenecientes al Cuarto Día de la Creación, un nuevo Plano se activa, el Plano de Acción, donde las energías adquieren la densidad del mundo físico. De este modo, Elohim establece definitivamente su organigrama cósmico; nos dibuja el trazado que siguen las energías desde que son emanadas hasta que se condensan en su máxima cristalización en el mundo físico.
Malkuth es el Séfira donde el alma se encuentra lo más alejado de su patria Kether, es decir, el hombre alcanza el estado de máxima individualidad. A partir de este punto y una vez obtenida la conciencia que se debe adquirir, retornará sobre sus pasos, es decir ahoyarán de nuevo los Planos de Formación, de Creación y de Emanación, hasta fundirse de nuevo en Kether. Estos trabajos son los pertenecientes a los futuros Quinto, Sexto y Séptimo Día de la Creación. En la actualidad la humanidad se encuentra evolucionando en la cuarta ronda del Cuarto Día, es decir, se encuentra en un punto culminante dentro de su proceso evolutivo, ya que está tan alejado de su origen espiritual que se ha identificado excesivamente con el mundo físico a través de la información que éste facilita por la vía de los sentidos. Ahora bien, ya nos acercamos a la quinta ronda, donde la humanidad anticipará trabajos correspondientes al Quinto día. Sabemos por los estudios aportados por importantes místicos, que en el Quinto día el hombre ya no vivirá en el Plano Material, sino en el Etérico y desde allí desarrollará un amplio trabajo creativo con los animales actuales, semejantes al que realizan ahora los Angeles con nosotros. Con esto queremos decir, que las difíciles vibraciones con las que el hombre está viviendo se harán más sutiles, influenciado de tal modo, que el mundo se hará más sensible a los rayos del amor. Las puertas que nos permitirá entrar en esta etapa, sin duda alguna coincidirá con la presencia de la Era de Acuario, y con un cambio radical en la conducta humana.
Existe un punto importante del que debemos hablar con relación a los trabajos del Cuarto Día. Por lo general, la mayoría de las religiones a lo largo de su trayectoria y evolución han desechado al cuerpo físico al juzgarlo como un factor de tentación y de pecado. Esto ha sido así, hasta el punto de que muchos creyentes han mutilado parte de su cuerpo por entender que éste era la causa de sus desdichas. Sin embargo, las ciencias del espíritu y la astrología nos enseña que el Cuerpo Físico hay que cuidarlo con el mismo esmero y atención que cuidamos nuestras emociones y pensamientos, ya que, como hemos visto lo que le ocurra al Cuerpo Físico previamente ha sido elaborado en los planos más sutiles, en el Astral y en el Mental. Debemos pues tener siempre muy presente, que el mundo material tiene un papel importante en la escala evolutiva, y aunque sabemos igualmente que tenemos que esforzarnos para conseguir aprender por vía interna, sin necesidad de vivir materialmente las experiencias, el plano físico es aún muy necesario para que la gran mayoría de los hombres puedan aprender de sus errores y aciertos.
Una nueva Oleada de vida emerge en el proceso de la evolución en el Cuarto Día. Se trata de la Oleada de Vida Mineral. Existe pues una vinculación muy estrecha entre el hombre y los minerales. Esta relación hará que cuando la humanidad haya alcanzado en el Séptimo Día de la Creación la categoría de Dioses Creadores, los minerales actuales habrán alcanzado la condición de la actual humanidad, lo cual nos indica que será sobre esta Oleada, sobre la que el hombre llevará a cabo su labor creadora.
Pasemos a analizar los tres signos pertenecientes al Elemento Tierra, para conocer cuáles son los trabajos que debemos asimilar de su enseñanza.
Los trabajos del Elemento Tierra, lo veremos expresados a nivel psicológico con el estudio de los signos: Capricornio, Tauro y Virgo.

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