miércoles, 28 de mayo de 2014

El Tarot: "Los 22 Arcanos Mayores" (I)

"El numero 10, formado por la adicción de los cuatro primeros y que contiene al precedente, es el numero perfecto por excelencia, puesto que representa todos los principios de la divinidad evolucionados y reunidos en una nueva divinidad"
"Pitágoras iba mucho más lejos en la enseñanza de los números. En cada uno de ellos definía un principio, una ley, una fuerza activa del universo. Los principios esenciales están contenidos en los cuatro primeros números, porque adicionándolos o multiplicándolos se encuentran todos los demás". (Los Grandes Iniciados - Edward Schure).
No he podido evitar acudir a Pitágoras para hacer esta introducción, pues él mejor que nadie supo darle a los números la dimensión espiritual que poseen.
La numerología es la ciencia del valor cualitativo de los números, es decir, de su valor simbólico y de las energías y estructuras que cada número encierra en sí, y produce en el cosmos y en el hombre mismo. Así, por ejemplo, el número 3 da lugar a la forma triangular, al compás ternario en música, a la familia celular: padre, madre e hijo/a, a la filosofía dialéctica: tesis-antítesis-síntesis, al triángulo cromático, ...
Pitágoras, a partir de la tradición mistérica oriental y su propio genio, desarrolló toda la teoría metafísica de los números de la que la numerología es parte resultante importante. La numerología, a lo largo de la historia, se fue nutriendo de diversas disciplinas trascendentes: cábala, astrología, tarot, simbología alquímica, psicología jungiana... y entrelazándose con ellas en el llamado saber trascendente. De ese modo, aunando tradición, sentido de analogía e intuición, se fueron desarrollando las correspondencias, significados y métodos de análisis de la numerología, ciencia espiritual que hoy en día se nos presenta como un instrumento válido para conocernos a nosotros mismos.
Como bien definió Edward Schure, los principios esenciales están contenidos en los cuatro primeros números, porque adicionándolos o multiplicándolos se encuentran todos los demás. Pero, ¿por qué los cuatro primeros números?, ¿por qué el número cuatro se nos presenta como un símbolo indiscutiblemente revelador desde el punto de vista del proceso de la creación?.
Tendremos que utilizar el Génesis como fuente original donde se narra la gran odisea de la Creación, para encontrar la información necesaria que nos permitirá comprender el significado de las Fuerzas que participaron en esa magna Obra.
Podemos leer en el texto sagrado del Génesis, cómo se hace referencia a la entidad creadora -Dios- con el nombre de Jehová, el guía y protector del "pueblo elegido".
Si traducimos este término al lenguaje sagrado por excelencia, el hebreo, tendremos las siguientes letras sagradas: Yod, He, Vav y 2º He.
Si como en el Génesis se afirma, Jehová (rostro de la divinidad representante del Centro de Conciencia Binah) fue quien llevó a cabo el proceso organizativo de la creación, es lícito pensar que en Jehová deben encontrarse las Fuerzas que constituyeron dicha creación, es decir, lo que nosotros llamamos las Fuerzas de la Naturaleza.
Diremos que cada una de las letras que forman el nombre de Jehová representa una fuerza activa en un determinado periodo, ya sea en relación a la creación o en nuestros propios asuntos particulares.
El Yod, está en relación simbólica con lo que representa la semilla, es decir, estamos ante la fuerza primigenia, totalmente imprescindible para que cualquier trabajo de creación se lleve a cabo. Representa en el Árbol Cabalístico a Kether, el Padre, y se convierte en el estado germen de toda energía. Representa la voluntad, la fuerza de empuje.
El He, es la fuerza pasiva, adoptando la misma condición que la tierra que se ofrece dispuesta a ser penetrada por la semilla del Yod. Se trata de una fase puramente interiorizadora, de gestación. Está en analogía con la madre como arquetipo de la facultad de gestar. Los trabajos de esta fase se llevan a cabo internamente.
El Vav, es la fase de exteriorización. Cuando la semilla penetra en la tierra se produce un proceso de transformación de esa semilla, la cual llega a manifestarse externamente, dando lugar a la planta. En el proceso generativo, se trata del nacimiento del hijo, tras la fusión del esperma (Yod) y el óvulo (He). Con el Vav entramos en una dinámica de actividad externa, de relación, es decir, la potencialidad del Yod se traduce en acciones.
El 2º He, es la etapa de los frutos. La planta desarrolla de sí misma el potencial que lleva implícito, dando lugar al resultado, el cual a su vez, al igual que el fruto, lleva en sí mismo la semilla de un nuevo ciclo, permitiendo y asegurando la perpetuidad del proceso evolutivo. Es igualmente el fruto que da el hijo, superando la situación en la que partió el Yod-Padre. En esta dinámica se encuentra oculta la rivalidad de principios entre padre e hijos.
Si hemos entendido la manifestación del Nombre Sagrado, estaremos en condiciones de comprender la razón por la cual, todos los números, es decir, la organización cósmica, responde a la combinación de estas cuatro fases.
Con la etapa final-4-2º He, que como hemos dicho está en analogía con la fase de los frutos, no finaliza el proceso creador. Sabemos que todo fruto encierra en sí mismo una nueva semilla, y será ese potencial encerrado quien al manifestarse dará lugar a una realidad, aunque como bien podremos intuir, esa nueva realidad se expresará en un nivel distinto.
A nadie se le escapa, que de lo anteriormente expuesto se deduce el misterio de la evolución. Siendo así, estamos en condiciones de penetrar en el significado de los números que compone el Nombre Sagrado, pues de su revelación extraeremos un conocimiento muy valioso que nos ayudará a comprender los 22 Estados de Energía o Arcanos Mayores del Tarot.
Si tomamos los cuatro números primarios y los sumamos entre sí, extraeremos otro número que nos sintetizará la clave del Proceso Creador, veámoslo:
1 + 2 + 3 + 4 = 10. Es el número 10 el que nos representa las fases del Proceso Creador una vez manifestadas todas sus potencialidades. Podemos entender, que los números primarios son estados potenciales que al manifestarse en plenitud pone de manifiesto la ruta definitiva que debemos seguir para alcanzar el estado de madurez y de perfección. No deja de ser curioso que el Árbol Cabalístico esté formado por 10 centros de consciencia llamados Séfiras.
Por lo tanto, podemos decir, que el resto de los números primarios (5, 6, 7, 8 y 9) son la manifestación de los cuatro primeros. Aunque si nos fijamos bien, en verdad, el nombre Sagrado JEHOVÁ o lo que es lo mismo Yod, He, Vav y 2º He, está compuesto por tres letras sagradas, ya que el He se repite. Esto es así, ya que la fase de los frutos, 2º He, debe interpretarse como el resultado del proceso creador que da lugar a uno nuevo.

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