domingo, 24 de enero de 2021

Astrología Cabalística: El Árbol Cabalístico (I)

Si vamos a dedicar esta página al estudio de la astrología cabalística, sería conveniente comenzar por explicar muy brevemente lo que entendemos cuando nos referimos al término Cábala, también escrito Kábala o Qabbalah.
Lo más importante que debemos saber, es que el término Cábala significa "recibir", haciendo referencia a la doctrina recibida, es decir, a la que se le atribuye históricamente a Moisés, cuando estando en el Monte Sinaí recibe de Jehová el mensaje de la Ley.
Esta doctrina recibida, esta Ley, es conocida también por “Tradición” y conforma el alma del conocimiento de las leyes cósmicas, las cuales nos revelan toda la información a cerca del Creador, así como del proceso creativo llevado a cabo por Él.
La Cábala, lejos de tratarse de un conocimiento exclusivo de un pueblo, el Judío, se convierte en la fuente permanentemente viva de donde fluye el manantial del Verdadero Conocimiento. Aquel que se acerca a Ella con respeto y sencillez, es capaz de saciar su sed de conocimiento.
En palabras del renombrado estudioso en materia esotérica, Eliphas Levi, "Al penetrar en el Santuario de la Cábala, se apodera de uno la admiración a la vista de una doctrina tan simple y, al mismo tiempo, tan absoluta. La unión necesaria de ideas y signos, la consagración de las realidades más fundamentales por medio de los caracteres primitivos, la trinidad de palabras, letras y números; una filosofía simple como el alfabeto, profunda e infinita como el Logos: teoremas más luminosos y completos que los de Pitágoras; una teología que se puede comparar a contar con los dedos; una infinitud que se puede meter en la mano de un niño; diez cifras y veintidós letras, un triángulo, un cuadrado y un circulo. Estos son los elementos de la Cábala, ésos son los principios primarios de la palabra escrita, la sombra del Logos Oral que creó el mundo."
Poco se puede añadir a lo expresado por Eliphas Levi. Para aquellos que hemos tenido la oportunidad de beber de esa fuente de sabiduría, sabemos que son ciertas sus afirmaciones. Estamos ante un conocimiento fácil, cómodo para el intelecto, y al mismo tiempo profundo y revelador. Desde que se conecta con su esencia, la intuición se despierta y comenzamos a participar de un modo consciente en el magno proceso de la creación: se ha producido algo maravilloso, acabamos de descubrir que somos “dioses en formación”.

PROCESO CREADOR: LA ORGANIZACIÓN

En términos cabalísticos, el concepto que conocemos comúnmente como Dios, se llama Elohim, cuya traducción significa "El-los dioses", reflejando al mismo tiempo unidad y pluralidad. Estamos ante Fuerzas Creadoras constituidas por miles de millones de células, las cuales, conquistaron la plena individualidad en anteriores procesos evolutivos. Ese mismo trabajo es el que el hombre debe realizar.
El trabajo creador de esas Entidades contó con la ayuda de los Zodiacales, que como ya hemos adelantado, eran Entidades Espirituales de un nivel evolutivo superior al de Elohim. Estas Entidades estaban constituidas en círculo cerrado, y de sus Energías -no de la Nada como se nos enseña en el Génesis- surgió la creación.
Lo primero que hizo Elohim fue adaptarse a ese nivel de vibración superior, integrar esas energías, de modo que le fuese posible trabajar con ellas.
Según no cuenta la Tradición, Elohim contaba con tres Poderes Primordiales adquiridos a lo largo de su proceso creador. Esas potencialidades en términos cabalísticos se conocen con el nombre de Kether, la Corona; de Hochmah, la Sabiduría y con el nombre de Binah, la Inteligencia Activa. En la tradición cristiana estos Principios se conocen por Padre, Hijo y Espíritu Santo, por lo tanto, estamos refiriéndonos a tres aspectos de la divinidad que expresan una Unidad.
Es importante ir familiarizándose con estos datos, con estos nombres y atributos ya que más adelante nos referiremos a ellos, lo que nos permitirá ir uniendo datos que aparentemente, ahora, no puedan tener nada que ver con el tema de la astrología.
Podemos decir, que estas tres potencialidades divinas forman la parte primordial del Ser Divino, es decir, su "cabeza". De la unión de esos Principios, Kether, fuerza masculina, Hochmah, fuerza femenina, y de Binah, manifestación externa de la integración de lo masculino y lo femenino, surgen otros estados espirituales, a los que, en adelante, nos referiremos como estados de conciencia que debe conquistar el ser humano como ser creado a imagen y semejanza de Dios.
El atributo espiritual de Kether, es conocido por Voluntad. Podemos decir que este principio es la simiente necesaria que ha de dar vida a cualquier fruto. Sin este principio nada existiría. Es el esperma sin el cual, se hace imposible cualquier gestación y por lo tanto, cualquier nacimiento. Es el principio de la Luz que lo ilumina todo.
El atributo de Hochmah, la Sabiduría, se conoce como Providencia. Podemos decir, que la Luz de Kether se interioriza en Hochmah, al igual que el semen se interioriza en el óvulo de la mujer lo que permite que se produzca un estado de gestación. La luz de Kether se transforma en Hochmah, en el principio interiorizador del Amor.
El atributo de Binah, la Inteligencia Activa, se le conoce por Fatalidad. Se trata de la fuerza operativa, la que adquiere protagonismo en la fase exteriorizadora, cristalizadora. De la unión de lo masculino y lo femenino, es decir, del semen y del óvulo, nace la fuerza transformadora del hijo. ¿No es verdad que la llegada de un hijo nos "obliga" a readaptar nuestras vidas porque lo transforma todo?
Hasta aquí hemos descrito el estado potencial con el que contaba la Oleada de Vida a la que hemos llamado Elohim. Nuestra conciencia puede encontrar dificultades para concebir qué estado de vibración espiritual se concentraría en ese "cuerpo divino", pero lo que sí está claro, es que en ese nivel todo debía ser Luz, y una exigencia debía ser atendida, continuar la evolución. Para ello, Elohim debía crear, es decir, hacer uso de sus potencialidades, lo que le llevó a establecer un estado propicio dentro de Sí, para que Oleadas de Vidas nuevas pudiesen nacer.
En el argot cabalístico se describe que se produjo un estado de "Zona Oscura", semejante al estado de sacrificio que realiza la mujer para permitir que su cuerpo geste una criatura en su interior. Dicho "gesto" supuso un trabajo de renuncia a gozar de ese estado de Luz conquistada. Según nos revela la Tradición, le tocó a Binah actuar de Zona Oscura, sin embargo dicho trabajo no fue aceptado "voluntariamente" por las Entidades evolucionantes en esa Zona (cabalísticamente Séfira), es decir, se negaron al trabajo de oscurecimiento. Se trataba de una reivindicación de gozar del derecho a la Luz.
Siguiendo con lo que nos revela la Tradición, ese conflicto conocido por el "conflicto de Binah" se solucionó con la precipitación al "abismo" de los disidentes, esto es, las fuerzas que no aceptaron llevar a cabo ese sacrificio, deberían continuar su evolución en un estado inferior, sin que ello supusiera un motivo de obstáculo al proceso trazado por el Creador.
En un lenguaje filosófico, ese trabajo descrito fue lo que dio origen a la semilla del "mal".

No hay comentarios:

Publicar un comentario